Leyes que se dictan bajo presión de datos no fehacientes
Por Luis Jacobi.- Pasó el tiempo, se aquietó la polvareda y se va sabiendo que los abortos clandestinos no sumaban ni cerca la cantidad que se argumentó para impresionar al Congreso y conseguir su legalización.
Las organizaciones promotoras (pañuelos verdes), llegaron a sostener que en la Argentina se realizaban entre 450 mil y medio millón de abortos por año. En base a este dato se aprobó, por escasa diferencia de votos, la ley de Aborto (27.610), conocida también con el eufemismo de “interrupción voluntaria del embarazo”.
Se argumentaba que morían ‘miles’ de mujeres como consecuencia de abortar clandestinamente; “otra mentira que aún hoy algunas siguen repitiendo, contrariando las cifras oficiales, es decir las del sistema de estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación: 18 (dieciocho) mujeres en todo el 2019. Y el número venía siendo inferior a 30 desde hace mucho tiempo. Ni siquiera era la primera causa de muerte materna; otro enunciado que, sin cifras, estaba destinado a impresionar”, publicó el diario Infobae esta semana.
Las primeras cifras de aborto brindadas por la propia campaña verde son de 32.758 en el sistema público entre el 30 de diciembre de 2020 y el 30 de noviembre de 2021, casi un año.
“En una reunión plenaria sobre la legalización del aborto organizada el 13 de octubre pasado por algunas de las ONG que lo promovieron, una de las participantes,la demógrafa Georgina Binstock, preguntó por qué el número real está “muy por debajo” de sus estimaciones previas, “las respuestas son muy simpáticas: ‘otras metodologías’; falta compilar datos, a saber: las cifras de abortos ‘autogestionados’ (los que se hacen con misoprostol que la mujer consume en su casa y recibiendo instrucciones por WhatsApp). Son algunas de las excusas proporcionadas por Valeria Isla, directora nacional de Salud Sexual y Reproductiva, y por Silvina Ramos y Mariana Romero, del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES).Este Centro fue uno de los más activos en la campaña proaborto. Integra lo que podríamos llamar la patria consultora, con excelentes vasos comunicantes con el Estado, al que provee datos y asesoramiento, y con financiamiento internacional -entre otros-, de la Fundación Ford que -como ellos mismos informan- les obsequió el edificio donde funcionan”, dice Infobae.
También se dijo, al militar a favor de la ley, que nadie quiere el aborto, pero es inevitable. Si eso fuese cierto,la ley debería haber incluido recaudos tales como un período de reflexión, un asesoramiento libre por parte de especialistas, una explicación clara de lo que es un aborto, etc. En cambio, tenemos una de las leyes de aborto más brutales: no hay período de reflexión, no se puede brindar a la persona que solicita esta práctica ninguna reflexión disuasiva, sólo explicarle los métodos posibles; y no pone límite a la edad gestacional, dice Claudia Peiró.
Y suma, la periodista, la siguiente novedad:“En el primer semestre de 2021 se distribuyó la misma cantidad de misoprostol que en todo el año 2020″, anuncian las integrantes del CEDES como un logro. Y ahora,para seguir garantizando el aborto ‘que nadie quiere’, se preparan para difundir y utilizar un nuevo método, advierte la Lic. Mónica Del Río (@MonicadelRio19). La IPPF (Federación Internacional de Planificación Familiar o Planned Parenthood) acaba de donar a la Argentina “los primeros combos abortivos” que contienen una nueva droga llamada mifepristona.
“Es un pesticida humano”, dijo Del Río a Infobae. “Bloquea la progesterona y en consecuencia no le llega oxígeno al feto”, explicó. Ambas drogas se suministran con un intervalo de 48 horas. Primero, la mifepristona, que bloquea la provisión de progesterona al útero, algo esencial para mantener el embarazo. Luego, el misoprostol provoca contracciones haciendo que el útero expulse el feto”.
IPPF, que en la región se hace llamar Fòs Feminista y que se jacta de estar “levantando la Ola Verde desde Argentina para expandir el derecho al aborto en otras partes del mundo”, ‘donó a nuestro país 25.000 ‘combipacks’ para hacer abortos’, escribe Del Río en Twitter. Estos combipack contienen 1 comprimido de mifepristona más 4 de misoprostol. La ANMAT concedió un permiso especial a estos abortivos donados”.
El ANMAT no ha mostrado la misma disposición y diligencia para aprobar algunos medicamentos para el Covid19, como el Ibuprofeno inhalante, la Ivermectina (investigación en curso) o el suero equino (en fase 2/3), que se usaron igual, salvando vidas.
La titular de la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud de la Nación, anunció también una compra por parte del Estadode esa misma droga que también están tratando de producir en el país.
La mifepristona “no es un medicamento ya que no tiene fines terapéuticos sino que es un producto para provocar abortos, es decir, para matar”, agrega Del Río en la nota de referencia, y amplía: “La finalidad de combinar mifepristona con misoprostol es aumentar la eficacia abortiva del fármaco, que pasaría de entre 80 y 85 % a más de 95 por ciento”.
Lo insólito, recuerda la autora, es que estos combipack están “incluidos en la ‘Lista modelo de medicamentos esenciales’ de la OMS”. (¡Mirá quién te cuida!) La OMS debería sincerarse alguna vez –agregamos– confesando al mundo si está del lado de la vida o del lado por el que está sospechada, de trabajar para la industria farmacopea que la sustenta junto con Bill Gates. Sería igualmente confortante que nuestros legisladores trabajaran ellos mismos para obtener la información necesaria antes de aprobar una ley sin más datos que los aportados por grupos militantes, en muchos casos patrocinados por fundaciones y empresas transnacionales cuya finalidad última deja dudas. Además, tener en cuenta a la hora de ponerle límites a una ley, que la militancia profesional y perpetua siempre va por más.