Lenguaje claro, un tema a resolver en la Justicia
Entre Ríos.- Cualquiera que haya leído fallos judiciales se habrá topado con textos farragosos, frases en latín y párrafos confusos. Incluso en la práctica profesional periodística, a veces se requiere de la ayuda de un abogado para terminar de comprender qué quiso decir determinado juez.
Si bien la complejidad en los tópicos complejos es inevitable, por ejemplo, si el lector quiere abordar Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente de Arthur Schopenhauer, perseguir la complejidad en asuntos sencillos es buscar ruidos innecesarios. Como escribió Roberto Arlt en El idioma de los argentinos: “Tenemos un escritor aquí -no recuerdo el nombre- que escribe en purísimo castellano y para decir que un señor se comió un sándwich, operación sencilla, agradable y nutritiva, tuvo que emplear todas estas palabras: «y llevó a su boca un emparedado de jamón»”.
El lenguaje claro es un tema que concierne a la Justicia. De hecho, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Argentina, Horacio Rosatti, dijo en el acto de apertura del año judicial en Paraná, realizado el 25 de febrero de este año: “El derecho como regulador de conducta e instrumento para solucionar conflictos requiere de un lenguaje claro. Algunos giros, aforismos, latinazgos pueden ser necesarios. Pero en la mayoría de las ocasiones, cuando uno relee, resultan innecesarios o reemplazables en beneficio de la comprensión generalizada”.
La Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) ofrece una Diplomatura en Comunicación Jurídica, pública y virtual, que aborda este asunto y donde profesionales victorienses y de otras partes de la provincia se capacitan. Sobre esto, el titular del Instituto de Formación Legislativa de la vicegobernación y comunicador social, Daniel Almada, habló con Paralelo 32.
“Si bien en los últimos años se ha avanzado notoriamente en la confección de diversos manuales de estilo, aún suele resultar difícil comprender textos que informan sobre decisiones que provienen de quienes se desempeñan en el Estado, en este caso en el ámbito judicial”, dijo Almada. Asimismo, añadió: “La Diplomatura en Comunicación Jurídica está desarrollada en el marco de una política de fortalecimiento institucional y con concordancia con los lineamientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la agenda 2030 de Naciones Unidas”.
—¿Cuál es la importancia del lenguaje claro en la Justicia?
—No se trata sólo del lenguaje, sino de repensar los comportamientos, prácticas y formas de comunicarnos, tanto de manera oral como escrita, con las personas que acuden para resolver sus problemas, en este caso en el ámbito de la Justicia. Se trata de trabajar sobre un “lenguaje que sea el del común”, de comprender que el receptor tiene el derecho a interpretar el mensaje, sin intermediarios, porque si para saber qué se decidió en un determinado caso es necesario acudir a un especialista, es señal de que en ese proceso comunicacional algo no está funcionando. Lamentablemente estamos acostumbrados a escribir o hablar con un lenguaje técnico y de difícil comprensión, que genera ruidos comunicacionales con el ciudadano. Lo que tenemos que pensar es que, si la gran mayoría de la población no habla de esa manera, ¿por qué no comunicarse de forma clara y sencilla para que todos comprendamos lo que decimos? Ese error existe, dado que quien usa más tecnicismo pareciera que cuenta con mayor conocimiento y no siempre es así, es tiempo de evitar su uso excesivo e innecesario. Hablar de lenguaje claro, con un poco menos de tecnicismo, no es quitarle calidad al mensaje, al contrario, es garantizar su interpretación. Si la comunicación es clara y comprensiva, la comunicación será verdaderamente efectiva. Hacer uso de un lenguaje claro tiene que ver con empatizar con quien tengo enfrente y garantizar la comunicación. Lo bueno es que, en los últimos años, se viene avanzando en la temática. Si bien aún falta bastante, estamos en un momento donde los profesionales del Derecho y la Comunicación se replantean sus formas de comunicación.
—¿Cómo se viene desarrollando la diplomatura y cuál es su objetivo final?
—La Diplomatura en Comunicación Jurídica es la primera iniciativa provincial y una de las pocas que existen en el país bajo estos ejes formativos. Es una propuesta del Instituto de Formación Legislativa de la Vicegobernación, y las Facultades de Educación y Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), que ya se encuentra en su etapa final, dado que culminará en abril. Estamos analizando la posibilidad de una segunda cohorte, dado que ha sido muy demandada. Creemos que se ha generado un buen ámbito común de debate, con docentes que se han destacado en cada uno de los módulos del cursado. Principalmente, la premisa es entender mejor el lenguaje de la Justicia y fomentar una buena comunicación.
—Horacio Rosatti se refirió al lenguaje claro en su discurso de apertura del año Judicial, ¿considerás que el lenguaje claro es una demanda importante en este ámbito?
—Fueron muy oportunas las palabras del presidente de la CSJN, ya que puso en relieve que la Justicia, cuando habla en sus sentencias, lo hace apelando a un lenguaje que tiene distinta valoración para los que están dentro de la comunidad jurídica y fuera de ella. Para los que están dentro de la comunidad jurídica, es un lenguaje que todos entienden. Para los que están fuera de la comunidad jurídica, en ocasiones se trata de un lenguaje casi inentendible. Y ahí se genera el problema. Porque pareciera que se está ante algo hermético, que tiene un lenguaje encriptado, que obviamente condiciona el acceso a la Justicia. Hoy no se puede negar que las instituciones que integran el Poder Judicial, al igual que otras en nuestro país, atraviesan una crisis de legitimidad que se traduce en la falta de confianza de la ciudadanía. Por eso, en buena hora que desde la CSJN se plantee celeridad en los procesos, protección de los más vulnerables y un lenguaje claro, ya que son algunas herramientas que podrían modificar el escenario. Es necesario pensar que la crisis que les toca atravesar a las instituciones es la oportunidad que se les brinda para trabajar sobre los nuevos desafíos y atender las necesidades de la ciudadanía. Por último, Almada concluyó: “Así como la Justicia debe reconstruir un paradigma judicial acorde al contexto, desde la Comunicación hay mucho para realizar, eso significa contar con trabajadores de prensa que comprendan los procesos y decisiones del ámbito judicial para que se pueda comunicar de manera apropiada, evitando errores que pueden ser complejos de reparar cuando se expone a víctimas. Lo fundamental es conocer, porque es difícil comunicar lo que no se conoce; y eso se logrará cuando desde el ámbito judicial se comprenda la preponderancia que tienen los medios de comunicación en la ciudadanía y por otro lado trabajadores de prensa que tengan en cuenta que, ante cualquier dictamen de la Justicia, independiente el resultado, siempre hay personas y a algunas de ellas se les modificará la vida”.