La propuesta de Victoria al Piano para este nuevo año
Victoria.- El ciclo musical más importante de la ciudad, Victoria al Piano (VAP), concluyó sus recitales de 2022. Lo que comenzó siendo un sueño del concertista de piano Laureano Bruno se tradujo en una propuesta cultural para la comunidad sin precedentes. Aunque VAP ya nos acostumbró a recibir a pianistas de renombre internacional, es necesario detenerse un instante para tomar dimensión de que hace un par de años esto era impensado para todos. Para todos menos para Laureano.
—¿Qué balance hacés de la evolución de Victoria al Piano?
—Estamos muy satisfechos con el regreso del ciclo. Es el primer año en que disfrutamos del piano ya restaurado y eso nos ha permitido escuchar de otra manera a los pianistas, y, por su parte, a los pianistas les permitió trabajar con el sonido de acuerdo a sus búsquedas artísticas. Hoy el piano responde a las pretensiones de los músicos, y no es poca cosa, hay pocas salas en el país que cuenten con buenos pianos.
—¿Cómo viene respondiendo el piano desde su restauración? ¿Y el público?
—Los pianos restaurados requieren de un tiempo para asentarse, los martillos (que golpean las cuerdas), por ejemplo, necesitan que el repetido impacto contra las cuerdas los vaya marcando para conocer su verdadero sonido. El técnico que reparó el piano, Carlos Neri, un destacado Luthier que tiene a su cargo los pianos del Teatro Colón y el Centro Cultural Kirchner, nos dijo que al cabo de 200 horas de tocar el piano la máquina podía empezar a ofrecernos el sonido que realmente tiene. Por este motivo notamos que el piano ha ganado en sonoridad a medida que pasan los meses. Nos interesa mucho la devolución de los pianistas que vienen al ciclo y todos han quedado muy contentos con el resultado, por supuesto que al ser un arreglo tan grande es natural que aparezcan algunos detalles a regular que se verán con el técnico durante el verano, cuando el piano no se usa.
Con respecto al público, Victoria al Piano hace años que cuenta con un público estable que nos acompaña de forma entusiasta en cada presentación, pero creo que nuestra apuesta futura debe ser los jóvenes y el público que no está habituado a las salas de concierto, la Cultural ya tiene un gran piano, ahora el ciclo debe crecer en cuanto al público y a las propuestas.
—Si bien todos los artistas que han venido son de una calidad increíble, en VAP tocó Lapshin y nos dejó marcados a todos, ¿qué opinás de esto?
—El recital de Lapshin fue inolvidable para mí, y muy sorpresivo. Actualmente vivo en Rosario y repasando mentalmente me doy con que he escuchado muy buenos pianistas internacionales tocando con la Sinfónica, una o dos veces al año, pero no tengo presente haber escuchado un recital de piano solo de ese nivel de algún artista extranjero en el último tiempo. Creo que fuimos muy afortunados y que es una programación bastante difícil de conseguir. Fue muy generoso de parte de él venir a tocar a Victoria. Con respecto a su presentación creo que todos los que estuvimos en el recital vivimos una experiencia que, como decís, nos marcó.
—¿Qué tenés pensado para VAP el año que viene?
—Nos gustaría que el ciclo crezca en público, algo que vengo pensando es en la posibilidad de realizar conciertos didácticos con las escuelas, y también en los barrios de nuestra ciudad. El espacio para la música al piano, de distintos géneros, que es Victoria al Piano, ha sido algo muy novedoso en la escena musical, hay pocos ciclos así. La restauración del instrumento fue otra meta muy valiosa que se consiguió, y creo que la apuesta futura debe ser expandir el ciclo, que la producción de Victoria al Piano esté al alcance de un público que, por distintos factores, no tiene contacto con este tipo de arte.
—También has evolucionando individualmente en tu carrera como concertista, ¿qué nos podés contar de esto?
—El 2022 fue un año muy satisfactorio para mí desde lo profesional, pude actuar con dos muy buenas orquestas como solista en Paraná y Río Negro, haciendo el Concierto de Grieg, que es una obra bellísima y muy disfrutable para tocar, y pude ofrecer muchos recitales de forma solista con programas que fueron muy estimulantes para mí, como la obra «Tannhäuser» de Wagner-Liszt, fue un desafío poder hacerla. Hace algunos años mis programas de concierto solían verse condicionados por las obras que debía presentar para los finales en la facultad, hoy sólo toco obras que me conmueven o interesan profundamente. En esta altura del año siempre empiezo a programar las obras para el año próximo y es una tarea que me da mucho placer, escuchar y leer mucha música hasta que encontrar lo que me convoca.