Inversores rosarinos siguen con la práctica de no pedir autorización a la Municipalidad de Victoria para obras en islas
Victoria.- Con el título “Frenan dos obras de canalización en las islas que no tenían autorización”, la semana pasada, La Capital de Rosario difundió en su soporte digital una nota donde señala que: “Ante la denuncia de grupos ambientalistas, el municipio de Victoria frenó excavaciones que realizaba el Club de Velas en el acceso a su caleta”.
Insiste en que “frente a los reclamos, las autoridades de Victoria adoptaron un rol más activo en los últimos días y detuvieron la obra”.
Al episodio de la canalización de El Cañito, que enfrentó a un grupo ecologista con la Junta Vecinal de El Embudo y que terminó con la suspensión de los trabajos, se suma ahora otro similar, esta vez protagonizado por un club rosarino —donde el medio dice que posee un lote en las islas entrerrianas. “La falta de acceso a la laguna por la bajante y la sedimentación de la boca sigue generando inconvenientes en la zona”.
Seguidamente hace un racconto de acciones, comenzando por el 23 de enero pasado, donde miembros de Amigos de la Isla Autoconvocados denunciaron ante la Municipalidad de Victoria, que tiene jurisdicción en la zona, la presencia de maquinaria pesada realizando una canalización en la entrada a la caleta que tiene el Club de Velas de Rosario en la zona de la boca de El Embudo.
Agregaron que “Al día siguiente, personal de las dependencias Delegación en Islas y Secretaría de Producción y Medio Ambiente de ese municipio (en referencia al nuestro —N. de R.) se presentó en el lugar y constató el inicio de la obra. Ante la falta de autorización necesaria para realizar movimientos de suelo, dispusieron la suspensión de los trabajos hasta que se cumplan con todos los requisitos legales exigidos, ya que incurre en infracción de las ordenanzas 2.185 y 1.787 del municipio”.
El autor de la nota luego suma antetítulos como ‘Mayor compromiso’, respecto de la decisión que se agrega a otra en el mismo sentido, tomada a principios de mes, “respecto a la canalización entre el curso principal del Paraná y la laguna, realizada por la Junta Vecinal. Los funcionarios de Victoria, que parece haber cambiado de actitud hacia un mayor compromiso con el control del área, argumentaron que la obra tampoco cuenta con la correspondiente autorización municipal, tal como argumentaba la agrupación ambientalista”.
Además suman el testimonio de Santiago Marelli, integrante de la agrupación, quien apuntó que en el caso del Club de Velas las autoridades intentaban “dragar la entrada de su caleta para que entren los veleros de sus socios”. Pero evitan decir que a nadie pidieron autorización.
En otro pasaje, el ambientalista agrega: “Nosotros queremos que las autoridades del municipio de Victoria llamen a una mesa de diálogo”, aclaró. Y asegura que la mejor opción consiste en “cerrar la conexión entre las dos lagunas, y que el club, que ahora está dragando para que entren sus veleros, elija con cuál de las dos quiere tener conexión con la caleta”.
La otra condición, señaló Marelli, “es que se cierre El Cañito, y que se drague la boca de El Embudo”. Y amplió: “En 2005 se hizo y duró hasta 2015. Pero el último dragado fue a comienzos del año pasado, y para agosto estaba todo tapado otra vez. Para que el sedimento no se caiga hay que hacerle un refuerzo, ponerle una malla geotextil para que dure un poco más”, opinó.
El integrante de Amigos de la Isla se quejó de que en la zona lo que reina “es la política del hecho consumado”, consistente en hacer las obras y luego pedir la autorización.
Sin embargo, concluye que “el cambio de actitud del municipio de Victoria, que ante hechos similares demoró en reaccionar en otros tiempos, abre una nueva perspectiva respecto de una zona que muchas veces”, de igual manera trae a colación y como ejemplo las masivas fiestas electrónicas o los siniestros entre lanchas y embarcaciones de menor porte, para concluir que: “parece ser tierra de nadie”.
Aclaraciones desde Victoria
Para la asesoría letrada de la Municipalidad de Victoria, la realidad de este conflicto es bastante distinta a la que presenta el Decano de la prensa argentina desde estas posiciones vertidas en la nota.
“La obra El Cañito no es ni ilegal ni clandestina, estaba de forma irregular porque no contaba con la autorización de la Municipalidad de Victoria, y sí disponía de avales provinciales. No así la obra del Club de Velas, que es clandestina en su totalidad. Y hace un año que está en esa situación, precisamente cuando hicieron una caleta para comunicar la laguna de la caleta con la Laguna del Saco, y sin ningún tipo de autorización”, dijo el abogado Eduardo Ruda a Paralelo 32, señalando también que esa intervención ha modificado totalmente la morfología insular de la zona.
Asimismo, Ruda dijo que ahora que se hizo la inspección y paralización de la obra del Club de Velas, vendrán a pedir las autorizaciones correspondientes. “Acá lo que está ocurriendo es que la Municipalidad y su distintas áreas y secretarías están haciendo valer su poder de policía en las islas, que era ampliamente ignorado por estas personas con domicilio en Rosario y con actividad en ellas”.
Sobre el final, el entrevistado dijo que este accionar municipal no tiene que ver con ‘denuncias’ en su faz legal propiamente, sino que son los propios vecinos —en el caso de El Cañito—quienes se manifestaron.