“Hemos decidido sostener los 4 colegios que tenemos”
Crespo.- La Hna Marisa Dutruel se desempeñó como Superiora del Colegio Sagrado Corazón hasta finales del 2021. Fueron diecisiete años al frente de la institución educativa; de cuya experiencia hablamos, así como de las perspectivas de este centro de estudios primarios, secundarios y superior.
Dutruel considera que ha consolidado un camino de trabajo con los laicos, en la tarea de mantener un buen clima institucional realizando todo lo que estuvo a su alcance para que así sea. “Podemos hablar de comunidad educativa. Nos ayuda que estamos en el mismo edificio, acá compartimos espacios, recursos. En el año 1999 y 2000 con Alicia Pittia soñábamos con la independencia del jardín, que se logró. Con la creación de la sala de 3 años lo mismo. Mi corazón está en el nivel inicial. He pasado por todos los niveles. En el nivel superior haber podido anexar una nueva carrera. Nunca lo pensé desde lo material o edilicio. Todo lo que materialmente hacemos es esfuerzo de la comunidad educativa, con la cuota que los padres pagan. Con una buena gestión, vamos ahorrando”, expresó.
Dutruel abrigaba el sueño de restaurar y pintar la capilla y eso e pudo hacer en 2019. “Los logros fueron en lo humano, en lo vincular, en lo relacional. En el sentido de esta casa, que son los niños, los adolescentes, los jóvenes”, indicó a Paralelo 32 resaltando que el Colegio es su segunda casa, “porque ya empecé con el nuevo servicio. Fueron los mejores 17 años de mi vida, es mucho tiempo. Los chicos que egresaron en diciembre del año pasado, 6to año, los vi crecer. Porque llevaban 16 años dentro de la institución”.
Coordinadora Provincial
En octubre de 2021 la Hna Marisa recibió un llamando por parte de quien era hasta ese momento su Coordinadora Provincial, para comunicarle que desde Roma había sido nombrada como la nueva Coordinadora Provincial, pasando así a ocupar la máxima autoridad de la Provincia Religiosa.
Esta noticia nos llevó como medio a dialogar con la religiosa para conocer más sobre el tema, así como abordar en una charla amena algunos puntos que nos permitieran comprender mejor el funcionamiento de la congregación Hermanas Siervas del Espíritu Santo.
“Nosotras tenemos un equipo de gobierno general el cual está integrado por 7 hermanas que se eligen en el Capítulo General que es cada 6 años, y que tiene su sede en Roma. Después tenemos provincias religiosas o regiones, el status depende del número de hermanas. La Dirección Provincial es el gobierno de estas provincias religiosas, integrada por 5 hermanas que se eligen cada 3 años. Ahora las elecciones se unificaron para que coincidan en los 5 continentes. El resultado no lo sabemos hasta que nos llaman del Generalato de Roma”, indicó la entrevistada que desde el pasado 20 de octubre ocupa el cargo Coordinadora Provincial para lo cual se radicó en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe. “Quien es coordinadora provincial queda liberada de cualquier otra actividad, porque tiene que acompañar y coordinar todo lo correspondiente a la Provincia Religiosa, lo pastoral, lo espiritual, lo legal, las hermanas, los laicos. Sería como ser una gobernadora provincial, para que se entienda la figura”, aclaró.
La Provincia Religiosa que atenderá la Hna. Marisa, contempla comunidades de las Siervas del Espíritu Santo en la zona Argentina Norte donde está contemplado el Colegio Sagrado Corazón de Crespo, el Colegio Santa María en Diamante, y la Escuela Privada Nº 103 «Ceibos Floridos» en Las Cuevas. Por otra parte, Argentina Norte abarca las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero, Salta, Jujuy y se acompaña a dos comunidades de Ecuador.
“Este cargo dura 3 años y se puede ser reelecta una vez. En la dirección provincial hace 9 años que estoy como consejera. Luego de ese tiempo se nos reasigna a otro lugar, diálogo mediante, porque necesitamos trabajar, ese es nuestro sostén, siempre una hermana de la comunidad tiene que trabajar para tener ingresos para pagar nuestra comida y demás gastos”, agregó Marisa, quien además, abriendo su corazón expresó: “Siento que se me va el tiempo de las manos. Es soltar y saber que Dios va disponiendo. Una parte de mi corazón queda en esta casa, y pido perdón por aquello que pudo haber sido distinto o mejor, por las heridas que pude haber causado, somos humanos y uno lastima, pero tengo mi conciencia tranquila porque siempre he tratado de dar lo mejor. Nosotras llegamos con unas valijas y nos vamos de la misma forma, no nos llevamos nada”.
— ¿Hace cuánto que está consagrada?
_ Ingresé en la Congregación en el año 1993, había hecho un proceso de discernimiento vocacional y acompañamiento con las Hermanas de San José. Nosotros les decimos las Josefinas, que es el Colegio donde me formé del pueblo de donde soy, Humboldt, provincia de Santa Fe. Tuve un tiempo donde dije, no voy a ser religiosa, estudié maestra jardinera y trabajé 5 años. Hice jornadas de vidas cristianas en 1992 y ahí se encendió la llama de la vocación, además se habían ido acomodando cosas laborales. Ingresé en la Congregación en marzo de 1993, hice la primera etapa que es el pre noviciado en Paraná, donde tenían en su momento la Casa de Formación. Después el noviciado en Córdoba, en Argüello, fue la primera experiencia de noviciado a nivel país. Después de ahí, mi primer destino fue el colegio de Córdoba, unos meses, porque había una Hermana que se iba por vacaciones a su patria y ahí tenía destino para desarrollar una comunidad junto a dos Hermanas en San Juan. Y en 1999 decidí el destino para venir por primera vez a Crespo. En 1999 y 2000 estuve trabajando en el jardín, y empecé a estudiar la Licenciatura en Psicopedagogía, porque tenemos que hacer alguna carrera terciaria o universitaria, nos dan la posibilidad de elegir dos o tres carreras y después se dialoga con la Dirección Provincial. Yo había pedido maestra especial y en Paraná estaba la Licenciatura en Psicopedagogía, con el título intermedio de maestra especial. Así que fui a la universidad y trabajé en el jardín”.
Siguió luego: “Nosotros tenemos previo a los votos perpetuos unos meses donde se corta todo tipo de actividad pastoral y estudio, donde nos preparamos para ese paso tan importante que es la profesión perpetua, vendría a ser el casamiento, en este caso con Jesús. Y ahí, en Diamante, hice la preparación con otras 3 hermanas con las que había compartido el noviciado y dos hermanas del Paraguay. Luego de mi profesión perpetua trabajé dos años en Diamante y retomé la carrera de Psicopedagogía. Y en el 2004 recibí de destino, Crespo.
La Consagración religiosa en la actualidad
“Veo que hay una merma de vocaciones tanto masculina como femenina”, comenta la Hna. Marisa cuando le preguntamos sobre la crisis que atraviesa la Iglesia Católica en ese aspecto, que también se refleja en la Congregación Siervas del Espíritu Santo, que en Crespo llegó a contar con 30 Hermanas y desde hace mucho que son solo 3. Y recordó que “Soy la de más antigüedad en la comunidad”.
“Viene desde hace mucho tiempo, pero ahora se está empezando a sentir más fuerte. Obviamente que Dios sigue llamando. Es tan grande su amor que nos regaló dos dones, el de la vida y el de la libertad. Y en esto de elegir, quizás por la realidad que vivimos, no se quiere asumir el compromiso”, comentó.
“Pasa también en los matrimonios, muchas parejas viven juntas pero ni hablar de casarse, ni en lo civil ni en lo religioso. Hasta en el ámbito laboral pasa. Pero Dios sigue llamando, aunque no hay un sí a un compromiso que sea sostenido en el tiempo, que implique renuncia. Ante cualquier situación de la vida uno debe elegir diciendo no a otra cosa. Y cuando hablamos de un estado de vida, de una profesión, de un compromiso formal y duradero en el tiempo, obviamente esto genera muchas dudas, inquietudes y preguntas. Hay quienes están dispuestos a confiar y lanzarse, y otros tal vez no”, reflexionó la entrevistada.
En proceso de reestructuración
En Argentina hay tres Provincias Religiosas, y la del Norte es la de mayor número de hermanas y la que tiene el promedio de edad más alto. “No podemos seguir sosteniendo a las comunidades, porque cuando la hermana que es muy mayor pide ir al hogar para vivir a otro ritmo, no se lo podemos negar”, indica Dutruel.
“En ese proceso estamos reduciendo comunidades. En este momento somos Crespo, Las Cuevas y Diamante. Además dos comunidades en Córdoba, otras en San Salvador de Jujuy. No significa que dejemos las pastorales, hemos decidido sostener los 4 colegios que tenemos, porque lo consideramos una misión muy valiosa. En Entre Ríos estamos haciendo un camino muy lindo con laicos. Tenemos apoderados laicos acá y en Diamante. Acompañamos la gestión desde otro lugar, no con la presencia física en el Colegio. Acá la comunidad va a continuar. No hay una Hermana que pueda dedicarse a este trabajo como lo venía haciendo yo, porque son muy grandes”, contó respecto a los procesos que vive desde hace unos años la Comunidad Religiosa.
Vida consagrada y vida diocesana
Hay una diferencia, entre lo que es la vida consagrada y la diocesana. Nosotras hacemos votos de castidad, pobreza y obediencia, ellos no, esto no tiene una explicación tan lógica, es una cuestión de opciones. Para mí es muy simple, vos te casaste y lo haces para toda la vida. Yo elijo la virginidad, también la obediencia a los superiores por los cuales se manifiesta Dios y elijo la pobreza, que es desprendernos de todo y no disponer de nada. Nosotras tenemos todo en común, yo trabajo en la escuela, tengo un sueldo que va a una caja común y lo que nos sobra se destina a otras comunidades de hermanas donde se necesite. Y también de no disponer ni del tiempo de uno, sino estar siempre al servicio del otro”.
“Y lo de la virginidad va más allá de las relaciones sexuales, es entregarle el corazón a Dios. No es pecado enamorarse, el pecado es como intervengo yo en eso. Es la valentía también para decir no puedo sostener los votos y doy un paso al costado. Sin juzgar se acompaña, se escucha y se cree, cosa que antes no sucedía. En algunas cosas hemos cambiado para bien y en otras no. Las generaciones futuras nos juzgarán. Todas estas cosas que están pasando son dolorosas, no hacen bien ni a los seres humanos ni a la Iglesia. Cada uno debe vivir plenamente el compromiso se asumió”.
Uso del hábito
El gran cambio en la Iglesia se da a partir del Concilio Vaticano Segundo, pero después cada Congregación va haciendo su camino, donde cada Hermana usa el hábito o alguna ropa típica de su país. En la India usan el “sari”, uno de color celeste. Nuestras hermanas antes usaban el hábito y luego se decide que cada Provincia Religiosa tiene autonomía para decidir usarlo o no. Y en el caso nuestro, en octubre de 1998 se decidió que fuera optativo. Yo antes de venir acá usaba hábito, me lo saqué cuando vine a Crespo. En nuestra comunidad nos manejamos con mucha libertad y respeto, tanto para las que lo usan como para las que no. Y no es una cuestión de edad, hay hermanas mayores que no usan y hermanas jóvenes que sí. Lo que a nosotras como Comunidad nos identifica es la cruz, que la recibimos cuando hacemos los votos, y el anillo. La cruz y el anillo es lo que nos identifica como Siervas del Espíritu Santo.