En los talleres de la Escuela Técnica construyeron maquinarias para la industria vitivinícola de la zona
Crespo– Año tras año los alumnos que egresan de la EPNMyS Nº 35 Técnica Gral. Don José de San Martín, sorprenden con sus trabajos finales. Este año, los próximos egresados de la carrera de Técnicos Electromecánicos volvieron a tomar el compromiso y el desafío de desarrollar dos proyectos para terceros a través de la materia Prácticas Profesionalizantes, bajo las dierctivas del ingeniero Julio Buch y del Jefe de Taller Oscar Weber. En la muestra de las áreas, se pudo apreciar una despalilladora de uvas y una lavadora y secadora de botellas realizados por dos grupos de estos alumnos para diferentes emprendedores de la industria del vitivinícola en pleno desarrollo en Crespo y zona.
“Es un gran desafío, estamos contentos de haber conseguido el financiamiento y poder realizarlo, porque en la Escuela Técnica tenemos la capacidad de desarrollar este tipo de proyectos”- dijo el docente Julio Buch. En alusión a los alumnos de la EPNMyS Nº 35 opinó que “salen preparados para trabajar en condiciones laborales reales porque lo experimentan todos los días en el taller y además aprenden la responsabilidad que implica estar en compromiso con un tercero y tener que cumplir con un plazo de entrega ya pactado. Los alumnos que se recibieron el año pasado –acotó- replicaron sus trabajos finales en el taller de la escuela, a pedido de nuevos interesados”.
En cuanto a los costos de las máquinas desarrolladas, si bien no disponen de información precisa sobre valores de mercado, consideran que son de un valor 50% inferior, considerando que en el caso de los alumnos no se contempla el costo de mano de obra.
Lavadora y secadora de botellas
Joaquín Cian, Tomás Naibert, Franco Bitacourt y Lautaro Weber, son los fabricantes de la lavadora y secadora de botellas para un productor vitivinícola cuyo emprendimiento se encuentra en Colonia Ensayo. Consiste en un equipo donde se colocan varias botellas en simultáneo, se lavan y luego se secan.
“La idea es reducir los tiempos de lavado, el productor tenía que lavar 1.500 botellas para una temporada, estaba muchos fines de semana, es alguien que se dedica a otra cosa y a eso lo tiene en desarrollo- explicó el docente a Paralelo 32.
La lavadora de botellas agilizará el trabajo. Según los tiempos calculados por los alumnos es capaz de lavar y secar 450 a 500 botellas por hora y lo hace con 15 botellas a la vez. “Son prácticamente tres cajas de botellas de vino vacías que se ponen en la lavadora en simultáneo y lleva aproximadamente 30 segundos el lavado”- ejemplificó.
Como dificultad del proyecto, los estudiantes al principio querían lograr una máquina totalmente automática. “Estuvimos averiguando por el proceso tecnológico que implica separar agua y aire, porque la máquina tiene los dos servicios, y no pudimos realizar algo tan sencillo mecánicamente”. Por este motivo se decidió realizar una máquina semiautomática, con picos inyectores de agua y aire por separado.
Despalilladora de uvas
Lucas Dreise, Emiliano Ladner, Pablo Zapata, David Regner y Nahuel Zapata tomaron a su cargo la fabricación de una despalilladora de uvas para un productor vitivinícola de Aldea Jacobi, quien realizaba el trabajo en forma manual sacando las uvas del racimo, una por una, para colocarlas en una moledora manual que procesa alrededor de 500 kg por hora.
“La despalilladora es básicamente un eje con paletas rotativas que van centrifugando el racimo de uvas y por efecto del centrifugado lo golpean sobre un tambor perforado a través de cuyos agujeros las uvas caen directamente a la moledora manual”- comentó el profesor de la materia. La disposición de las paletas hace que los palillos de las uvas sean transportadas hacia un extremo y separándose mecánicamente.
Los alumnos explican que aprovecharon la moledora manual del productor para motorizarla en conjunto con la despalilladora y hacer los dos procesos en la misma máquina. “Se introduce el racimo de uvas y sale directamente el mosto y en otro extremo el residuo que antes se sacaba manualmente y llevaba mucho tiempo”- concluyen mostrando cómo se simplifica el proceso.
La despalilladora tiene una capacidad de procesamiento de aproximadamente mil kilos de uva por hora, de lo cual se saca alrededor de 700 litros de líquido.
“El productor lo hacía por etapas, tenía que cargar baldes, echar dentro de la tolva, en el momento disponible. Llevaba bastante tiempo”- señalan en torno a las ventajas de contar con esta máquina.
Los estudiantes se encargaron de hacer saber a nuestra cronista que “el tambor tiene 630 perforaciones realizadas a mano, una por una, utilizando dos mechas diferentes y además se avellanaron cada uno de los agujeros en forma manual, para que las perforaciones no corten”.