Eligen la guerra antes que Argentina
Una familia de refugiados sirios que vive en Córdoba desde hace cuatro meses, fue noticia en los medios nacionales porque se arrepintieron de venir a la Argentina y quieren volver a su tierra, a pesar de la guerra y las bombas.
Los espanta más nuestra inflación y el desempleo. “Acá aumenta todo y no hay trabajo. No aguantamos más, nos queremos volver a nuestro país”, es la frase del padre de la familia, que resume lo que para estos extranjeros es el horror de vivir en nuestro país. El jueves 11 de mayo salió su vuelo de retorno a Siria.
Desterrados por la guerra, huyeron de la muerte para venir a la Argentina con la esperanza de un futuro mejor. Encontraron las puertas abiertas, gente amable que les ofreció una mano para salir adelante. Pero decidieron volver a su lugar de origen porque no lograron insertarse, no encontraron trabajo y encima les aumentaron los precios de las escasas compras que podían hacer.
Es trágico para esta gente, que apostó a nuestra Argentina para empezar de nuevo. Y es patético para nuestro herido orgullo nacional que un extranjero que llegó con ‘buena onda’ prefiera la guerra en su país que nuestros problemas económicos. Encima, fueron víctimas de un robo.
Un vecino se hizo cargo del alquiler de la casa, de los gastos diarios y les facilitó un auto. Pero la buena voluntad de nuestra gente no alcanza para integrar una familia extranjera, si no hay una política de Estado.
Argentina supo tener esa política hace más de un siglo. Incorporó millones de ‘turcos’, ‘tanos’, ‘rusos’, ‘gallegos’, ‘chinos’, latinoamericanos, y otras gentes de todo el mundo. Tuvimos un Hotel de Inmigrantes donde se daba alojamiento, comida y contención a los que llegaban. Se integró a sus hijos en nuestras escuelas.
Esos hombres y mujeres que llegaron desde todos los puntos cardinales fueron nuestros abuelos. Hoy, los abuelos de los posibles compatriotas de nuestros nietos, prefieren irse de vuelta a su caos comprensible, porque nuestro caos los espanta.