¿El humor debe tener límites? ¿Por qué?
A raíz de uno de los temas más hablados en las últimas semanas, el cachetazo que Will Smith le dio a Chris Rock en la gala de los Premios Óscar por un chiste que este último hizo sobre Jada Pinkett, la esposa de Will; chiste que hacía referencia a la alopecia de Jada, una enfermedad que ha sido difícil de enfrentar para la actriz.
En este contexto es preciso preguntarse: ¿el humor debe tener límites? ¿Por qué? Diferentes profesionales victorienses, ante nuestra consulta, contestaron estas preguntas. Pero, primero, conviene comenzar entendiendo qué es la risa.
Instrucciones para reír
La médica pediatra especialista en neurología María José Navoni explica: “La risa, al igual que el llanto, es un acto involuntario para la mayoría de las personas. El mecanismo de origen reside en la respiración y se produce mediante interrupciones de la exhalación del aliento”.
“Numerosos estudios revelan que reír eleva el número de sustancias neurotransmisoras. Al reír se generan endorfinas, dopamina, serotonina y adrenalina, todas ellas hormonas que contribuyen al bienestar físico”, dijo a Paralelo 32.
Con base en lo anterior, describe: “En cuanto a los beneficios físicos, cuando se ríe con ganas trabajan numerosísimos grupos musculares; también, se genera una mejor oxigenación del organismo, porque, cuando se ríe a carcajadas, uno incorpora hasta el doble de oxígeno que en una respiración normal; además, se sabe que la risa brinda innumerables beneficios para el sistema inmunológico”.
Llegado a este punto, especifica: “Cuando reímos porque estamos alegres nuestro cerebro libera endorfinas. Las endorfinas son conocidas como hormonas de la felicidad. La risa limita también la producción de una hormona denominada cortisol (responsable del estrés), y libera dopamina en el cerebro, un neurotransmisor asociado a la agilidad mental al mejorar las conexiones neuronales”.
Esa cosa llamada humor
Ya quedó claro qué es la risa. Ahora bien, sigamos camino hacia otra pregunta: ¿qué es el humor?
La psicóloga Stella Cístola contesta a nuestro interrogante: “Desde El chiste y su relación con lo inconsciente [obra de Freud], y también Lacan en uno de sus seminarios, se toma al humor como una visión desdramatizada del mundo. Ahí se analizan las figuras del chiste (hoy se podría incluir al stand up y los memes) como figuras que son representativas de las problemáticas sociales y psicológicas contemporáneas. El chiste devela, en gran medida, la realidad inconsciente, además de ser un mecanismo que permite la liberación de una energía psíquica y, también, la resolución de un conflicto y de la formación de un compromiso”.
Sumado a lo anterior, continúa: “Todo eso se va sistematizando en un esquema que representa la dinámica energética del chiste y que es muy extenso de analizar. Es como que todo lo que puede aparecer en un chiste representa una pluralidad de aspiraciones personales y, fundamentalmente, de deseos insatisfechos. Por eso, para Freud, el chiste tiene una carga agresiva donde suele aparecer una víctima, que es la que representa a todas las personas sobre las que queremos liberar esa agresividad. Esto es lo que ha quedado claramente expuesto en este tiempo y con el chiste de referencia en los Óscar y todos los chistes que, en definitiva, con este tema de la discriminación hacen objeto al gordo, al negro, a determinadas etnias, a determinadas orientaciones sexuales, siempre atacando, agrediendo desde este lugar”.
El chiste, la alegría
Existe una famosa frase de Wittgenstein: “Una obra filosófica seria debería estar compuesta enteramente de chistes”. Y si ya abordamos a la risa desde la medicina y al humor desde la psicología, ahora abordaremos el aspecto ético y moral del chiste.
A las preguntas: ¿el humor debe tener límites?, ¿por qué?, el profesor de filosofía Ariel Vera responde: “Considero que el humor debe tener límite, y el límite es el respeto hacia el otro. Como a veces decimos: me río con vos, no de vos. La forma de hacer humor ha cambiado porque nuestra sociedad y nuestros paradigmas mentales han cambiado. Cultivar el buen humor es saludable en todos los sentidos, el problema se presenta cuando utilizo el mismo para descalificar al otro o proyectar mis carencias. Esto ocurría en otro momento histórico y nadie decía nada. Un humor mal utilizado nos puede llevar a la descalificación y discriminación de alguna persona o grupo social”.
Por su parte, el sacerdote Héctor Trachitte dice: “El humor tiene que tener límites porque, a veces, en nombre del humor se puede ofender, dañar, discriminar y afectar al otro. Desde la fe, vos me hablás de humor, pero yo te hablo de alegría. Nosotros, los cristianos, estamos llamados a ser personas alegres, porque tenemos un Dios que nos ama, que es la vida, que nos protege, que está siempre a nuestro lado. Y eso nos tiene que traer alegría, a pesar de los momentos de dificultad, que es distinto al humor. El cristiano está llamado a ser transmisor de una buena noticia, que es el Evangelio. También, estamos llamados a la alegría, que está en lo profundo de nosotros y que hay que tratar de encontrar y sacar a la luz, siempre con la ayuda de Dios”.
Lo común
La palabra ‘comunicar’ tiene su origen en el latín ‘communicare’, es decir, compartir, tener comunicaciones con alguien. ‘Comunicar’ tiene el mismo origen que ‘comulgar’. ¿Qué comunicamos, entonces, cuando hacemos un chiste? ¿Todo está justificado en nombre del humor?
El licenciado en periodismo y comunicación Sebastián Martínez opina: “El humor tiene que tener algún límite. Hay un marco legal a cumplir. No se puede decir cualquier cosa, por más que sea bajo el formato del humor. Sobre todo, cuando eso que se dice daña a otra persona. Además, hay ciertos temas que no pueden ser parte del humor: el fomento del racismo, la discriminación. No obstante, entiendo que el formato del humor juega con los límites y que busca romper con lo establecido, el discurso que más circula y demás, por lo que se le puede otorgar algunas concesiones a los humoristas que otras personas que comunicamos no tenemos. Si bien la cultura de la cancelación me parece nefasta, algún límite el humor debe tener. Uno tiene que pensar, también, con quién está haciendo humor. Hay quienes tienen más exposición pública y ahí se pueden conceder algunas cuestiones, pero cuando el destinatario de ese chiste es un ciudadano de a pie, con nombre y apellido, que no tiene ningún poder, me parece que hay que protegerlo”.
El bromista
Según Zizek, la tesis de El bromista,de Isaac Asimov, es que Dios es el bromista supremo. El relato, según interpreta el filósofo en Mis chistes, mi filosofía, va de un grupo de historiadores del lenguaje que, a fin de sustentar la hipótesis de que Dios creó al hombre a partir de los monos contándoles a éstos un chiste, intentan reconstruir “la madre de todos los chistes”. De esta manera, a través de un chiste, nació el espíritu de los hombres. El chiste fue: “No comas del árbol del conocimiento”. Más allá de si esta interpretación sea blasfema o virtuosa, conviene tenerla presente para negarla o incorporarla.
No se puede finalizar el análisis sin considerar la opinión de un comediante. En este caso, consultamos a un actor que ha interpretado varias comedias: Andrés ‘Pato’ Bruselario. Sobre si el humor debe tener límites o no, sostiene: “Toda actividad humana debe suponer el respeto al otro (sus ideas, convicciones, valores). El humor no escapa a esa realidad. Sin embargo, al respecto conviene ser más elástico y admitir límites muchos más amplios, porque muchas veces el humor nos permite abordar (como una técnica catártica) temáticas que, de otra manera, sería imposible tratar (por conflictiva, dramática, dura, etc.). Entonces, en principio, el humor debe ser libre de expresar todo aquello atinente a la naturaleza humana y situar, en cada caso concreto, los límites específicos que le permiten cumplir sus metas sin dañar a nadie”.
A modo de cierre
En griego antiguo había dos palabras para la risa. Escribiremos su pronunciación: gelao y katagelao; la primera palabra hace referencia a una risa sana, como resplandor de alegría; la segunda, a una burlona. Katá significa ‘por debajo’ o ‘subvertir’ algo. Como la esencia de la risa es la alegría, si se la subvierte se la convierte en una risa hiriente, es decir: katagelao. Así como no debe divorciarse la ciencia de la ética, tampoco el humor debe hacerlo. No todo lo que la ciencia puede hacer, debe hacerlo; no todo lo que el humor puede hacer, debe hacerlo. Si así fuera, la esencia misma de la risa, ese resplandor de alegría, se subvertiría. Habría un cambio sustancial tal que el fin de la risa ya no sería, propiamente, la felicidad. Por último, a la pregunta acerca de cuáles son esos límites, la dejamos para que el lector la desarrolle en sus conversaciones, ya que se requiere de un ida y vuelta más dinámico.