El fenómeno rapero que junta a los chicos en la plaza
Crespo (Paralelo 32).- Hace más de un año y medio surgieron en nuestra ciudad las primeras batallas de freestyle, una nueva expresión artística que viene creciendo en el país y que con aires deportivos se instala en las plazas. Esta cultura que crece de manera apasionada entre los jóvenes, suma nuevos adeptos que van tomando el pulso a este arte, donde los raperos con su propio lenguaje lanzan palabras al aire, como los antiguos payadores rivalizaban en alguna pulpería. Los protagonistas son los freestyler o MC, ellos hacen rap y además improvisan, compitiendo por demostrar quién rapea mejor y quién concibe las mejores rimas; sin dejar de lado la lírica, la creación más compleja de métrica, fonética, uso de tiempo, pausas, generando una pelea con estilo, como podríamos definir, donde las balas son las palabras y gana el que mejor responde.
“Lo considero un deporte mental”, señala a Paralelo 32 uno de los calificados exponentes de este arte, Beltrán Lescano ‘Bellyl’, quien recientemente se adjudicara una batalla en la plaza San Martín de Diamante donde intervinieron competidores de toda la provincia.
En Crespo las competencias se hacen sábados a la tarde en Plaza Sarmiento, junto al busto que perpetúa la memoria del prócer que da nombre al espacio público. Aquí se desarrollan dos competencias, que se intercalan entre sí. Una, reconocida como la pionera, es Crespo Freestyle y la otra de formación más reciente, es Toxic Freestyle, organizada por Juan Villagra y Jeremías Espíndola.
Todo empezó por enero de 2018. “La primera competencia de la Crespo Freestyle tuvo mucha repercusión, hubo unas 70 personas que vieron a 15 competidores. A esa competencia –dice Bellyl- la fuimos haciendo cada 15 días y cuando vimos que no se llenaba tanto la hacíamos todos los fines de semana. Se volvió tedioso, no alcanzábamos a reponer las energías porque cada uno tiene sus ocupaciones y crearon la Toxic Freestyle, que se hace cuando no se hace la Crespo Free y lleva la misma relevancia”.
En una de las últimas competencias de la Crespo Freestyle el ganador Chiri (Miguel Gomiero), un rapero que hace bastante tiempo está en la cultura y es un buen competidor, como lo califican entre los MC’s, clasificó a la competencia regional Entre Rimas de Concordia donde el ganador pasa a una instancia nacional. “Se llenó bastante de gente –dice el entrevistado- nos apoyaron de Paraná, Diamante, vinieron de Rosario y por la cantidad de asistentes se pudo formar un círculo, algo que no ocurre habitualmente”.
– ¿Estas batallas tienen sponsors? ¿Generan algún costo competir?
– Tenemos una ropería que nos da los premios para los ganadores, en la Crespo Free. Y después hay una peluquería que apoya a la Toxic Free; después intentamos arreglarnos con lo que recaudamos de inscripción. Participar de una batalla sale $25. Hay competencias en otras ciudades que salen $50 o $60. Como están sumándose muchos competidores estamos pensando en cobrar $10 la clasificación y quien pasa paga el resto.
“El freestyle es internacionalmente conocido desde hace un tiempo –repasa Lescano- En 2012 empezó una competencia urbana que se llamaba el Quinto Escalón que terminó en 2017 aproximadamente, se hacía en plazas, y comenzó a ocupar espacios físicos cada vez más grandes. Su final, en 2017 fue en un microestadio, con la presencia de miles de personas”.
Así es como se empezó a conocer más el freestyle de calle, pero también está lo que se llama “Red Bull Batalla de los Gallos”, mucho más profesional, que se hace en escenarios.
“En el 2016 –explica- fue el auge definitivo de esta moda y más que una moda es una cultura. Ahora hay muchas competencias, donde la Red Bull Batalla de los Gallos es la más importante. En diciembre se hace el mundial en España, el año pasado fue en la Argentina y nuestro país tendrá dos representantes que son Trueno y Wos, muy reconocidos, muy buenos freestyler. Wos ya tiene su pase porque ganó la internacional el año pasado. Trueno ganó la nacional, entonces clasificó también.
– Hay representantes entrerrianos en certámenes internacionales o todavía no se alcanzó ese nivel con los MC’s de la provincia?
– Todavía no se ha llegado, la mayoría de los competidores de las nacionales son de Buenos Aires y Mendoza. Se implementó también la participación de chicas, que no es habitual, hubo dos chicas compitiendo. Incluso hubo una sorpresa, porque una de las chicas llamada Roma llegó a la semifinal eliminando a Dozer, quien era el campeón de la última edición. Le quitó mérito totalmente. Hubo una batalla un tanto polémica porque se tocó el tema del aborto, pero fue una linda y muy buena competencia.
Aunque no hay ningún MC’s entrerriano a nivel nacional hay un muy buen nivel como para que esto se dé en algún momento.
– En Crespo las dos batallas locales, ¿hay chicas que compiten?
– Hubo un par de chicas que nos escribieron que les gustaría participar pero de momento no se animan, las quisimos incentivar pero no se dio.
– ¿Cómo se dan las batallas?, ¿se preestablecen los temas?, ¿los freestylers, algo así como los payadores modernos, ya van preparados con alguna rima?, ¿cómo es?
– Son contrapuntos, sí el freestyler es como la descendencia del payador se podría decir. Todo depende del formato de la competencia. Lo que hacemos acá es que establecer 40 segundos para que el MC lance su freestyle, intentando atacar al rival de la mejor manera que pueda para que quede más dañado, por así decirlo y le cueste más responder y así sacar ventaja. Los temas no se preparan, salen improvisados. Ahí justamente es donde cada uno da a conocer su capacidad mental y su entrenamiento. El tema se da en ese momento y puede ser muy variado. Depende mucho de lo que el rival dice, a veces es sobre tu ropa o el aspecto físico, y hay que ser muy despierto.
Antes de iniciar se hace piedra papel o tijera para ver quién comienza, luego se otorgan 40 segundos para cada uno y después se hace lo que se llama 4 x 4. Serían 4 compases de 10 segundos en 40 segundos, terminado eso se continúa, no se para el tiempo. En el 4 x 4 lo que más se valora es la respuesta. Por ejemplo, si en el 4 x 4 el MC oponente tiran un tema acerca de política, el otro MC responde sobre política tratando de beneficiarse y así se va desarrollando la batalla.
– Exige mucho conocimiento de cultura general, entiendo.
– Sí, muchísimo, hay que leer y entrenar; entrenar es lo que más ayuda. En mi caso entreno solo, en la computadora pongo formato FMS, voy tirando palabras e improvisando, después me da 60 segundos libres y voy tirando freestyle. No hay excusas, si le ponés ganas se puede, no es fácil, es una práctica mental difícil, pero hoy día día está más a mano el entrenamiento.
– El jurado tiene que ser muy avispado. ¿Debe reunir algunas condiciones?
– Sí. Para ser jurado se tiene que tener en cuenta: punchline (remate o tiro de gracia): es lo que cierra, la parte final; la respuesta, flow, que es la manera de fluir en el instrumental, si se hace natural, si el MC se traba mucho o no.
También debe considerar las métricas, que son juegos de palabras, que tenga cierta coherencia y tenga sentido. A mí eso es lo que me deja más expectante, me encantan las métricas. Lo veo como lo más complejo y lo que más me gusta hacer. Si me sale bien lo disfruto un montón. Lo disfruto en mí y lo disfruto en los demás. Veo a los mejores del mundo que hacen métrica y me quedo alucinando, porque te ponés a pensar en la rapidez mental que tienen y te quedás con la boca abierta.
– ¿Cómo surgió este interés en vos por rapear?
– Rap escucho desde el 2015, antes de eso escuchaba pop, rock, lo que sea. Un día en Youtube me aparece como sugerencia un video del Quinto Escalón y me interesó, era algo que no conocía, o muy por arriba. Había tardes que me la pasaba viendo videos, estaba en sexto grado.
– ¿Se genera como una adicción al freestyle?
– Se podría decir que sí. Una vez que te metés en el freestyle, lo hacés en cualquier momento. Y no hace falta que lo hagas en voz alta, lo podés hacer mentalmente. Te surgen ideas en cualquier momento, y así que se genera como cierto vicio, pero un vicio lindo y sano.
– ¿Notás que este entrenamiento te ha beneficiado en los estudios?
– Me incentivó mucho a informarme sobre cultura general. Hace un par de años sabía lo mínimo indispensable de política o lo que estaba sucediendo en el mundo. Obviamente que a medida que pasan los años se van adquiriendo conocimientos pero el freestyle me incentivó para informarme, buscar videos, y por darte un ejemplo: investigar sobre las galaxias. Me dio más información y conocimientos propios.
– ¿Cuantos competidores hay en Crespo?
– Acá hay una media de 20 competidores, no compiten todos en todas las fechas. Fijos en cada competencia hay aproximadamente 15 MC’s.
– ¿Podemos decir que se trata de una competencia sana o se generan enemistades?
– Por ahí pasa que si fuera de las competencias te llevas mal con alguien y te toca competir con él, se nota cierta rivalidad. Pero generalmente eso no sucede, no se generan conflictos. En la batalla se ataca por la naturaleza de querer ganar, pero todo esto es una cultura y predomina el respeto. Hay códigos y se implementan mucho. Incluso antes de competir se saluda al oponente y al finalizar sucede lo mismo. Hay muchos que critican, a veces por envidia, pero es natural. He sido muy criticado y a veces de forma alevosa, hago canciones de rap, y cuando estaba empezando me criticaban mucho porque decían que no iba a poder, y hoy día he salido campeón en Diamante.
– ¿Cómo es el ambiente?
– Es sano, hay un grupo de WhatsApp para los participantes y hay muy buena onda entre todos. Se genera buena vibra, porque es algo que nos gusta hacer, es una pasión. Se le pone empeño en mejorar y hacer algo bueno de lo que te gusta, en este caso el freestyle.
– ¿Qué diferencias hay entre el rap y el trap?
– Remontándonos al Quinto Escalón (competencia de rap) generó raperos muy buenos, hicieron una técnica (trap), decidieron ganar la competencia que tuvo mucha repercusión, hacerse conocidos y pasarse al trap. No está mal visto, a los fans sí les dolió un poco porque sintieron que abandonaron su esencia. El referente hoy en la Argentina es Duki, es el trapero top. Yo veo al trap como un rap más futurista, con un instrumental con ruidos más raros y estilos más robóticos, se mezclan muchos sonidos y hay gente a la que le gusta eso.
El rap es más bombo y caja, es más cultural, es más emblemático, tiene historia, viene de los años 70 en Florida EE UU, es más clásico. Hay instrumentales muy variados, no es aburrido, hay raperos que tienen capacidad para hacer muchas cosas. El trap es más nuevo, es más innovador, de hace pocos años.
Así, poco a poco, estos pibes se suman a una movida cultural que llegó para quedarse. El género del freestyle se va haciendo cada vez más conocido y quienes se animaron a crecer en la disciplina, mientras la gente los observa los sábados a la tarde de manera un poco rara por no saber lo que hacen todos reunidos en la plaza, nos están empezando a representar en batallas fuera de la ciudad. Su sueño es hacer volar más alto la cultura del freestyle, la pasión que los convoca a disfrutar entre rimas, su tiempo libre.