Cecilio Magallanes, ex jugador de Gimnasia perteneciente a una generación que le dio alegrías al club
Victoria.- Ni siquiera entra en la comparación si fue mejor o peor que nadie. Se reconoce al personaje, a ese que es capaz de ser contemporáneo a todos, justamente por su carácter, por su llegada y carisma. De su barra quedan varios de esos nombres que jugaron a su lado y que lograron cosas para el Lobo. Humilde. Incapaz de reconocer que la gente lo admira por un montón de cosas. Mientras el cronista de Paralelo 32 le hace unas preguntas, se observan miradas atentas de vecinos que advierten que le están haciendo una nota.
“Grande Chilo”, se escucha la voz de un pibe y se siente algún aplauso de otro que suelta el manubrio de la bicicleta y que corrobora lo mismo, “le están haciendo una nota a Chilo…” es como confirmar algunas de esas historias que han escuchado de chico sobre la vida de un personaje que inspira a alguien a escribir sobre su vida de personaje de barrio. “Yo siempre viví por acá y jugué en Gimnasia y también me gustó nadar, he andado pescando y me gusta mucho el río”, cuenta como dando pie para no dejar pasar que ha sido siempre reconocido como buen nadador. Hay quienes recuerdan que alguna vez corrió un triatlón, en los principios de esta disciplina en Victoria cuando se corría por equipos, o postas, Cecilio nadaba, Víctor “Grillo” Seghesso pedaleaba y “Cunene” Lemaría hacía la parte de pedestrismo.
Le comenté que iba a empezar a grabar pero desde la aplicación de whatsapp para que ese audio también le llegue a un conocido suyo, Tiko Méndez y cuando escuchó ese nombre sonrió y pidió “saludos a Tiko, buen muchacho también del barrio y de Gimnasia”.
El célebre “Chilote” su nombre es Cecilio Ramón Magallanes, nació un 22 de noviembre de 1948, justo el día de la música y de Santa Cecilia, sus colores siempre fueron los de Gimnasia, “pero me ha gustado mucho jugar al fútbol en la calle, a los 16 años recién jugué oficialmente en cuarta o quinta no recuerdo bien como se llamaba la categoría y después debuté en primera división a los 20 años, había muy buenos jugadores en ese momento, también jugué con los muchachos de Libertad en los reducidos de barrios, esos me gustaban mucho y en Gimnasia y jugué hasta los 32 o 33 años en primera.”
Formó parte del plantel que ganó el torneo Copa en el año 1978, -final entre Huracán y Gimnasia, con triunfo del Lobo por 4 a 1 en el partido final de ida y 3 a 0, también para los dirigidos por Carlos Garay-. Cuenta que tiene muy lindos recuerdos de esa noche, si la memoria no traiciona los titulares de aquella final fueron Tito Gil; Pepitas Figueras (hermano de Víctor Pablo Figueras, ex de 25), Cacho Urreaga, Pepe Figueras, Alberto Acosta; de ocho, Jorge Ochoa, de cinco, Gustavo López y de diez, Carlitos ‘El Maestro’ Herrera; adelante jugaban, Schoenfeld, Ricardo Gareis y Pocho Muñoz, ese era el equipo habitualmente titular, el técnico era Carlitos Gareis; ayudante El Negro López; y el presidente de ese momento era don Francisco Jaime.
En ese plantel que ganó el torneo Copa, en el banco de los suplentes estaban Mijo Albornoz que convirtió en la final, “Sacudón” García, Cecilio “Chilote” Magallanes, “Gato” Ojeda y Luis Vivas -que aportó los datos de aquel equipo que el año anterior había quedado segundo en el torneo oficial de 1977-. Cuentan que el fervor y la tensión a la final fueron muy grandes. Además de los que tenían que ver con el equipo había un ida y vuelta de gente por el barrio como se vio pocas veces. Las cábalas para la suerte, alguna medalla y algunos rezando en alguna casa también formaban parte de un contexto que después se convertiría en un festejo interminable.
Sin precisar época, mencionó a muchos de los planteles de la década del ’70, “Bochín González, Diamante (hermano de Titi López), Dirlo Ray, Carlitos Herrera, los Figueras entre otros tantos, fueron mis compañeros en el fútbol de los que tengo muy lindos recuerdos” recuerda” y también agrega que empezó jugando como delantero pero con el tiempo pasó a jugar de defensor, de cuatro. “tenía algunas fotos y cosas de esa época de jugador, pero las fue prestando y no las recuperé más, es lo que pasa cuando uno las presta y después pasa el tiempo, pero bueno, me queda lo mejor que son los recuerdos, a esos por el momento no los pierdo”, dice y fiel a su estilo y con particular picardía en medio de una sonrisa que lo pinta como lo que es y fue siempre, un verdadero personaje, que lejos de estar en el olvido, forma parte a esas figuras icónicas de barrio, de fútbol y del tiempo.