Casos de menores acosados por juegos en red
Crespo– El pasado sábado 9 de enero una nota del diario La Nación, con la firma de Gustavo Carabajal y bajo el título “ADN del crimen. Un peligro para menores se esconde detrás de los juegos en red”, habla sobre cómo los acosadores y abusadores sexuales cambiaron sus métodos para ganarse la confianza de los menores a los que someten y comparten las imágenes que tomaron de las víctimas. Durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido a raíz de la pandemia del virus Covid-19, los delincuentes sexuales recurrieron a juegos en red para captar la atención de niños y adolescentes.
La nota señala que según Hernán Navarro, abogado, fundador de Grooming Argentina, una ONG dedicada a la prevención de este delito y profesor de Derecho Penal en la Universidad de Morón, los juegos en red más utilizados por los acosadores para ganar la confianza de los menores son Discord, Roblox, Fortnite y Among Us.
«Después de establecer una primera conversación con las víctimas, los acosadores pasan a otra plataforma para continuar con el diálogo. Así la charla sigue a través de WhatsApp, pero el vínculo inicial se concreta a través de algunos de esos juegos», expresó Navarro.
En el artículo se hace mención a la causa judicial contra un delincuente sexual que acosó a una niña, de 9 años, iniciada por la fiscalía del Ministerio Público de La Matanza (Buenos Aires). Según la denuncia, el primer contacto entre el agresor y la víctima se concretó cuando la menor jugaba en red a través del Among Us.
En Crespo
“Otro caso similar –dice el artículo de La Nación- fue denunciado en la ciudad de Crespo, en Entre Ríos. La víctima fue un chico, de 11 años. El acosador logró vincularse con un grupo de menores que jugaban al Fortnite y les hacía regalos pagos que les permitían avanzar de nivel para seguir participando en el juego en red”.
“Días después, -continúa la nota- uno de los menores recibió en su celular un mensaje a través de WhatsApp con un código para acceder a otro nivel en el juego. Con este ardid, el acosador logró ganar la confianza del chico. El caso comenzó a ser investigado por el Ministerio Público de Entre Ríos”.
Luego se explica que “Este primer paso para el delito de grooming a través de los juegos en red, se produce a pesar que en algunas de esas plataformas existe la prohibición de que los participantes se pasen los números de teléfonos. No obstante, los acosadores de menores, lograron encontrar la forma para eludir la norma fijada por las empresas que comercializan esos juegos en red”.
El grooming
La figura penal del grooming fue incluida en el Código Penal a partir de la sanción de la ley 27436. En el artículo 131 se estableció una pena de 6 meses a 4 de años de prisión, para el que «por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma».
«Durante la pandemia se derrumbó el paradigma que indicaba que los delincuentes sexuales recurrían a la utilización de perfiles falsos para ganar la confianza de las víctimas. En los últimos tiempos se denunciaron muchos casos en los que los agresores usaron sus identidades reales o, directamente, no se ocultaron detrás de la foto de un niño o una niña para establecer el primer contacto con los menores», agregó Navarro al ser entrevistado por La Nación.
Modo de operar
El grooming y, en su evolución digital, el online grooming (acoso y abuso sexual online) son formas delictivas de acoso que implican a un adulto que se pone en contacto con un niño, niña o adolescente con el fin de ganarse poco a poco su confianza para luego involucrarle en una actividad sexual.
Esta práctica tiene diferentes niveles de interacción y peligro: desde hablar de sexo y conseguir material íntimo, hasta llegar a mantener un encuentro sexual.
Se trata de un proceso en el que se produce un vínculo de confianza entre la víctima y el acosador. Este intenta aislar poco a poco al menor, y lo consigue desprendiéndolo de su red de apoyo (familiares, profesores, amigos, etc.) y generando un ambiente de secretismo e intimidad.
En el caso del online grooming el abusador envía, a través de un medio tecnológico, material sexual al niño o niña. Además, se suele hacer pasar por menor y adapta el lenguaje a la edad de la víctima. Es una violencia igual de real que la física, pero de la que no se puede huir.
Primer caso que llegó a la justicia
El primer caso de grooming que llegó a la justicia en Entre Ríos se dio en Crespo en 2018. El 9 de mayo de ese año, mediante juicio abreviado, homologado por el juez Mauricio Mayer, se acordó la pena de un año de prisión condicional por el delito de ciberacoso para un joven de 20 años, quien admitió ante el juez, haber acosado a una menor de 14 años.
La denuncia fue realizada en nuestra ciudad en agosto de 2017, cuando el padre de la adolescente observó un comportamiento no habitual en su hija hasta que supo que había entablado un intercambio de mensajes y fotos privadas con un desconocido. La atención que este padre puso a su hija la salvó.
El ciberacosador resultó ser un joven de 20 años, oriundo de Misiones y radicado en Crespo. La investigación estuvo a cargo de la Fiscal de Violencia de Género y Abuso, María Eugenia Smith, quien tras la denuncia ordenó dos allanamientos. Uno se realizó en una vivienda de calle Rodríguez Peña, en Barrio Ntra. Sra. del Rosario, donde fueron secuestrados 7 teléfonos celulares y un pendrive, y el otro realizado en una vivienda de Avda. Belgrano, en Barrio Seco, donde se incautaron 8 teléfonos celulares.
La menor había sido contactada por dos personas de sexo masculino, primero por Facebook, luego entrando en confianza obtuvieron el número de celular y a través de acabados mecanismos de seducción concretaron la comunicación a través de whatsapp. No obstante no se habría alcanzado a configurar el delito, quedando en grado de tentativa, dado que no se alcanzó a extrapolar la relación virtual a un encuentro real, aunque la chica habría recibido la invitación para ese encuentro en una determinada dirección. Los padres habían advertido una actitud anormal en su hija y empezaron a indagarla, con la colaboración de la hermana, hasta que pudieron tomar conocimiento de la situación y denunciarla.