Cada vez cuesta más mantener en orden un automóvil para circular
Victoria (Por Nicolás Rochi).- Hay una cultura, heredada de muchas familias trabajadoras que aún existe, que se esfuerza por estar al día con las cuentas. Digamoslo en criollo: A muchos de nosotros no nos gusta deberle a nadie nada. Y el auto, hasta no hace tanto, estaba dentro de los gastos corrientes de patente y seguro, que se pagaban en término y sin tanto esfuerzo. Pero ya no es así.
Aclaremos, no es que los buenos pagadores se nieguen a cancelar sus obligaciones, muchos no están pudiendo hacerlo desde que arrancó el 2020, se congelaron sus sueldos y paradójicamente actualizaron los importes de las patentes, a la par, los intereses que se están cobrando por morosidad son altísimos.
Aprovechamos esta semana la oportunidad de hablar con un gestor del automotor y abordar justamente lo difícil que se está tornando ese costo variable, además del mantenimiento en general. Pensemos que un servicio de aceite ronda los diez mil pesos y una cubierta de primera marca exigirá añadir otro hornerito más a ese valor, y preparar el tercero para recibir un yaguareté de cambio.
Así las cosas, mantener en regla y óptimas condiciones un automóvil para circular, se volvió un tema costoso, y no depende de la gama.
Sergio Cuevas tiene su emprendimiento en Perón 726 junto a su esposa, que es productora de seguros, y reconoce que durante el 2020 les fue bien en su negocio. Lo atribuye a que muchos victorienses que viajaban al exterior —que no son pocos, anticipó— optaron por destinar ese dinero a un 0 (cero) kilómetro; actualizar algunos años con otra unidad, y/o también al sector inmobiliario, para no perder poder adquisitivo de ese ahorro o inversión.
Para los gestores en general, los pasados 9 días en que estuvo cerrado el Registro del Automotor por la vuelta a la Fase inicial, llevaron a acumular papeleo. Por eso también, el entrevistado prometió en otra oportunidad acercarnos datos puntuales sobre algunas consultas que hacíamos conforme se daba la entrevista telefónica con Paralelo 32. Aclaramos esto, porque no se trata de una publinota.
Un ciudadano que cumple, porque habrá quienes siempre esperan la moratoria porque les conviene o decididamente no pueden, enfrenta un panorama injusto. Primero porque quien paga a término no recibe ninguna compensación. Y segundo, quien no paga, hoy es un moroso muy diferente de aquel ‘vivo’ que re-negocia su deuda porque sabe que no paga esos intereses leoninos, y en muchos casos seguirá incrementando su haber.
¿Por qué decimos esto? Basta con atrasarse un día para que empiecen a correr multa sobre la cuota de patente que vence los días 13 y 26 —el segundo; y que operan en marzo, junio, setiembre y noviembre. “No tengo presente bien la cifra, pongamos que sean 200 pesos diarios, pero si corren los días o meses, sobre esa multa se computan intereses que inflan la deuda notoriamente”. Y cuanto más nuevo sea el auto, sí, adivinó. Peor.
Hablando de cosas injustas, Cuevas dijo que si alguien compra un auto en diciembre, se le cobra un proporcional de todo el año: “No es que te cobran la patente de diciembre, sino un proporcional del primer trimestre, segundo, tercero y el cuarto en que estás haciendo la operación; en un cero kilómetro hablamos de más de veinte mil pesos”.
Y esto no se limita a comprar, cuando vendés un automóvil, por ejemplo en febrero, “tenés que pagar la patente de todo el año en Entre Ríos para que te quede la baja en orden”.
Seguros
Las primas de los seguros, según Cuevas, estuvieron dormidas durante el primer año de pandemia, pero ya no, y han crecido en función del valor del auto. “Por eso se está pagando tan caro. Un seguro mínimo, contra terceros, cueta alrededor de 1.000 pesos; ya si querés una póliza selecta, que te cubra daño total o parcial, robo, es un porcentaje de lo que cuesta el auto, y el modelo incide notablemente, pero pensemos que hoy el valor más accesible de un cero kilómetro arranca en el millón doscientos mil pesos”. En el caso de los seguros contra todo riesgo –agregamos- su costo depende también la franquicia; a menor suma que le queda al asegurado para pagar cuando tenga un siniestro, mas cara es la prima.
Trazando una división de 5 años, entre el 2010 y 2020, un auto mediano que está en la primera franja (2010-15), una póliza selecta está en el orden de 2.000 pesos. Y cruzando esa franja hacia el 2020, hay que añadir desde 800 pesos, a aproximadamente el doble, ya que está entre los 4.000 y 5.000 un cero. “Muchas personas han bajado de una póliza selecta a un tercero completo, y/o de responsabilidad civil”. También se ha dado el hecho de familias que tenían varios autos, dijo Cuevas, que eligieron vender alguno para poder afrontar este costo creciente.
En el caso de las patentes, los valores en esta división rondan los dos mil quinientos pesos, y más cerca del 2020, trepan al doble o más. Siempre hablando de automóviles.
Los que trabajan con el auto
— Pienso en un taxista, seguramente debe ser muy importante este costo de seguro y patente dentro de la recaudación mensual.
— Sí, por supuesto. Totalmente de acuerdo. Porque al trasladar personas, el seguro debe cubrir a la persona transportada también. Por ejemplo, el valor de un seguro para taxi ronda entre los 3.500 a 4.000 pesos”.
Sin dudas quedan cosas en el tintero, que la extensión no nos permite ahondar, pero prometemos volver sobre temas como foto-multas no homologadas, entre tantos otros. Pero no podemos cerrar si referirnos a la inscripción inicial y el 2,25 por ciento que cobra nuestra provincia sobre el valor del auto, desde noviembre de 2016. “Y en el plano nacional, el arancel es de 1,05 del valor si es nacional; y un 2 por ciento si es importado”. Si usted no tiene cochera pero igual se compró el auto porque era la oportunidad, también hay un universo de posibilidades para abordar, así que, lo dejamos acá. Hoy algunas cosas siguen sin poder comprenderse del todo, por ejemplo que un auto entre el año 1995/2000 pague lo mismo de sellado provincial que una moto, pero a nuestros legisladores estos temas parecen no interesarles, quizás porque afectan la facturación y esa pesada mochila que los entrerrianos pagan sin chistar, o se quejan pero los ‘sordos ruidos’ no terminan de torcer el rumbo de ese y otros impuestos que rara vez ‘vuelven en obras’ como les gusta poner en sus cartelerías planfletarias.