Belgrano detrás de la Bandera
Creer que la acción más importante de Belgrano es haber creado nuestro Pabellón Patrio, sería como colocar a uno de los dos próceres más grandes de la historia apenas a la par de un Vicente López, creador del Himno Nacional. Este acto de Belgrano, también heroico porque lo hizo a contrapelo de Buenos Aires que no quería irritar a los Borbones de España, es sin embargo el situado más cerca de nuestras emociones.
Como abogado tuvo una participación decisiva en la formación del primer gobierno patrio y su posterior declaración de independencia, y supo imaginar un país a partir de aquella colonia estancada.
Como economista estableció las bases de la industria vernácula. Su poco conocida faceta de educador lo destaca como quien puso su interés en incluir a la mujer y el primero que habló sobre educación popular. Fue además periodista y desde su prédica se esforzó por unir la teoría de los fisiócratas, que creían (creen) que la riqueza está en el suelo, y Adam Smith, para quien la riqueza está en el trabajo.
Sin conocimientos militares, no rehuyó a esa responsabilidad cuando lo creyó necesario, aún padeciendo la persecución de Rivadavia. Desde ese sitial consideró que una tropa necesita la motivación de un paño que lo identifique y enarboló una Bandera junto al majestuoso Paraná, contra la voluntad de Buenos Aires.
Íntimo amigo de San Martín, nunca compitieron sino que se complementaron. Belgrano expresó aquella frase que lo identifica claramente: “No quiero ser un padre de la Patria, prefiero ser un buen hijo de la Patria”.
Fue sin dudas uno de los próceres más comprometidos con la institucionalidad, también con la lucha militar pero bastante lejos del caudillismo que costaría años de guerras internas.