Análisis de la producción de huevos en Latinoamérica
El huevo es un producto que aunque a simple vista es pequeño, es grande en valores nutricionales dentro de los que se suma su contenido proteico; adicionalmente, al tener un precio inferior al de otras proteínas es asequible a todos los niveles socio-económicos y contribuye a la seguridad alimentaria de poblaciones vulnerables.
La industria avícola a nivel mundial es consciente que aún no todos los consumidores saben lo que consumir huevo diariamente puede hacer por ellos, y es por esto que se han venido desarrollando en numerosos países y desde hace varios años, campañas de fomento al consumo basadas principalmente en la educación de los beneficios nutricionales del huevo más allá del contenido de proteína.
Consumo de huevo a nivel mundial vs América Latina
Gracias a su precio competitivo y a las campañas de fortalecimiento del consumo de huevo, que buscan promover una alimentación saludable y nutritiva, se ha visto un incremento en el consumo per cápita de huevo en los últimos 8 años a nivel mundial. De acuerdo a la información que reportan al International Egg Commission sus países miembros, en América Latina la tasa de crecimiento compuesta (CAGR) es del 3,4% en promedio, siendo más alta que el promedio de este mismo indicador en países europeos.
¿A qué se deben los resultados de la industria del huevo actual?
Actualmente la productividad por ave se ha incrementado 2,5 veces y los costos de producción han tenido periodos favorables para la industria, resultados que en gran medida provienen de las decisiones tomadas en materia de alianzas estratégicas con los principales proveedores a lo largo de toda la cadena productiva logrando así una mejor eficiencia; de la modernización tecnológica, como ambientes controlados en los galpones, comederos automáticos, clasificadoras de huevo; también del conocimiento adquirido al escuchar que es lo que quiere el consumidor y de la preocupación por mantener un entorno sanitario adecuado, con base en el diseño de planes de manejo ajustados a la gran variedad de sistemas de producción que existen actualmente y los cuales siguen evolucionando, para convertir la bioseguridad y gestión ambiental en aliadas que permitan ofrecer un producto apto para el consumo humano.
En el futuro cercano a las empresas avícolas les espera nuevamente una etapa de adaptación, en la tendencia creciente de buscar la sostenibilidad ambiental y la sanidad animal, y al mismo tiempo manteniendo la productividad sin socavar la seguridad alimentaria.
Definitivamente un reto que implicará nuevas inversiones con tasas de retorno de largo plazo, ajuste de márgenes y segmentación del mercado; pero que sin duda será otro gran logro de la industria avícola formal y dinamizará el ambiente de este sub-sector agrícola.
Desarrollo con producción sostenible
Por esto, es importante que los empresarios exploren nuevas alternativas que les permitan aprovechar al máximo las ventajas comparativas y competitivas de la industria, como ubicación geográfica, fuentes de aprovisionamiento de las materias primas, el Know how, la productividad de la mano de obra, la actualización tecnológica; que le ayuden a disminuir o poder reaccionar a tiempo ante los riesgos propios de la avicultura, como son: el cambio climático que altera las condiciones de producción, aumento de la probabilidad de nuevas enfermedades que pongan en riesgo la mortalidad, alterando sustancialmente el rendimiento del negocio; razones de sobra para apasionarse y enfocarse en el desarrollo modelos de producción sostenible.
El futuro de la industria del huevo
Este empeño por lograr que el sector avícola sea sostenible en el mediano y largo plazo, lleva a visualizar un camino alternativo y más “sofisticado” que puede estar direccionado a la producción de los derivados del huevo, conocidos como ovoproductos, por ejemplo, pasteurizados, en polvo, líquido o congelado, ya que estos son más fáciles de almacenar y de mejor intercambio a nivel mundial. Estos productos son el resultado de la innovación en el procesamiento del huevo fresco, que sirven a la industria para otorgar a los consumidores un valor agregado a un producto tradicional como es el huevo de mesa, manteniendo los estándares de calidad y la inocuidad del alimento.
(Por Alfredo Acebedo Silva)