Los proyectos para mejorar el cine y garantizar la accesibilidad
Victoria.- El cine es un espacio que ofrece, de jueves a domingo, alternativas de esparcimiento para el victoriense y seguirá creciendo en la medida que los vecinos contribuyan con su concurrencia. Más allá del film en sí, la cita en el Cine Teatro tiene su magia, funciona como una suerte de encuentro donde, además, se puede disfrutar de una película a un valor accesible. En este sentido, es necesario diferenciar entre las películas del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), y el cine comercial con las distribuidoras como Disney, Warner Fox y United International Pictures.
“Hay una realidad: las grandes películas siempre van a los grandes complejos primero. Luego, vienen a los lugares más chicos”, dice Ángel Gabriel Cabrera, empleado administrativo del espacio INCAA, respecto al cine comercial. No obstante, aclara que en relación a las películas del INCAA, éstas se estrenan el mismo día que en el resto del país.
“Estamos haciendo un esfuerzo muy grande para traer estrenos de las distribuidoras comerciales”, explica Cabrera. Asimismo, añade que las condiciones de las distribuidoras son “concurrencia y gente”, ya que les tiene que “cerrar el número de espectadores”.
Sistema TMS
El entrevistado comenta que se está poniendo en práctica un sistema de venta de entradas denominado Sistema TMS. “Se trata de un sistema de tickets electrónicos. Esto permite vender entradas para cualquier función, es decir que no hay que seguir la correlatividad numérica”, señala. Al mismo tiempo, indica: “Si bien es algo que se está implementando también por convenio, todavía no está homologado a nivel país así que estamos haciendo las pruebas para tratar de, a mediados de año, pasar a ese modo de venta”.
Sumado a lo anterior, remarca que los equipos del Sistema TMS se consiguieron por convenio y son: dos computadoras marca HP, routers, una impresora fiscal y equipamiento vario. “El sistema hoy está funcionando y lo utilizamos a modo de prueba para hacer pre-venta. Luego, cuando el cliente va a la boletería, lo cambiamos por una entrada común. Pero la idea es que, a mediados de año, esa entrada que imprimimos sea la que valga”, reitera.
Candy y alfombrado
Es difícil lograr la magia del cine (referida al ámbito al que se concurre y no al arte) sin tener en cuenta el juego de sensaciones que éste genera. El aroma del pochoclo, el tacto amortiguado del andar por el piso alfombrado, la expectativa de un film anunciado por todos lados, las golosinas y gaseosas que acompañarán la experiencia como ornamentos adosados y necesarios. Todo esto, sumado al contacto social, es algo que contribuye a que la ida al cine se diferencie de ver una película en la computadora.
“Estamos viendo cómo implementamos un Candy, que es un negocio de venta de pochoclo, golosinas y gaseosas. Esto puede ser con empleados municipales o tercerizando, la comisión asesora tiene que reunirse y charlar ese tema para encontrar la mejor manera”, dice. Así las cosas, Cabrera agregó que también se debe ver cuál será la decisión administrativa de la municipalidad al respecto.
Por otro lado, cuenta que la colocación de alfombrado en los pasillos de la sala fue una obra costeada con fondos de la Asociación Amigos del Cine Teatro Victoria, presidida por Juan Pedro Oberti. “La Asociación Amigos del Cine Teatro Victoria se encargó de instalar el alfombrado. Ellos compraron los materiales y mandaron al personal. Fue una actividad que realizaron en conjunto con nosotros, pero los fondos salieron de ellos”, especifica. “Nuestra relación con ellos es fantástica y tratamos de una vez al mes tener una reunión. Siempre estamos en contacto”, prosigue.
El equipo
El empleado administrativo del espacio INCAA señala que la resolución de la pantalla es 2K y que el sonido es Dolby 7.1 de última generación. Además, se cuenta con un sistema de proyección en 3D y los anteojos correspondientes. “El equipamiento está a la misma altura que una sala de Rosario, no es muy distinto”, opina. No obstante, aclara que los acondicionadores de aire “están funcionando a un 50 por ciento de su capacidad”. Lo anterior se debe, sostiene Cabrera, a que se está trabajando en la instalación eléctrica dentro de la sala, que debe hacerse bajo la supervisión de la gente que instaló los acondicionadores de aire.
“Podemos funcionar a un 50 por ciento de la potencia, sin exigirlo porque se puede recalentar. Cuando las líneas eléctricas, que ya están instaladas por fuera, se instalen por dentro, se va a poder trabajar con los equipos al 100 por ciento”, asegura. De esta manera se garantizaría la climatización de la sala en su totalidad.
Cabrera reconoce que más allá del equipo de última generación con el que se cuenta, hay detalles acústicos y de tamaño de pantalla que son visiblemente diferentes de las grandes salas de cine. En base a esto, recuerda que se trata de un Cine Teatro, y no solamente de un cine, por lo que hay cuestiones que se deben aceptar para que tal mixtura siga vigente.
Programas paralelos
Aparte del cine en sí, el espacio cuenta con distintos programas. El entrevistado enumera: “Las escuelas van al cine es un programa donde se invita a las distintas escuelas con sus profesores para que vean películas temáticas y se les entrega cuadernillos para trabajar en el aula; también, se realizan capacitaciones a profesores sobre temas relacionados al análisis de film, historia del cine, lenguaje cinematográfico y uso pedagógico de cuadernillos; luego, tenemos El cine de tu barrio, donde nos acercamos a refugios y escuelas de distintos lugares para proyectar películas infantiles con un equipo móvil, además, normalmente les regalamos entradas para que, cuando quieran, puedan venir al cine a conocer, hemos ido a todos los cuarteles”.
Accesibilidad para la sala
Finalmente, Cabrera apunta que están trabajando en la accesibilidad para la sala. En este marco, planean colocar un ascensor en la entrada para que las personas en sillas de ruedas puedan acceder sin problemas. Incluso, comenta que están trabajando para lograr la instalación de un anillo para personas que padezcan hipoacusia, más conocido como “aro magnético”, un dispositivo que convierte el sonido de una fuente determinada en ondas magnéticas que son recogidas por los audífonos para la hipoacusia, lo que las convierte en sonido audible y sin interferencias externas.