Verzeñassi habló de los venenos a los que estamos expuestos diariamente
Victoria.- Organizada por Guardianes de Victoria y a cargo del bioquímico Daniel Verzeñassi, integrante, además, del Foro Ecologista de Paraná, se realizó una charla sobre salud socioambiental. El Profesional trató temas como ciencia digna versus marketing corporativo, agroecología y salud socioambiental, y habló de la ley de producción agropecuaria.
“Para hablar de salud socioambiental, en primer lugar, debemos reconocer que nosotros somos integrantes de un sistema junto con todos los seres que lo habitan, que son ecosistemas. Lo que le acontece al lugar donde vivimos, nos acontece a nosotros. Cuando desaparece una especie, hemos perdido uno de los sostenes que teníamos, aunque no lo reconozcamos”, comenzó Verzeñassi.
“Los cambios que han ocurrido en las últimas décadas por la aparición de tecnologías que contemplaron absolutamente los intereses comerciales del mundo y pusieron como subalterno las cuestiones de la salud en un paradigma donde se comenta: «Y bueno, es el precio al progreso», entendiendo por progreso cuánto dinero se puede ganar por determinada actividad, nos determinan enfermedades que hasta no hace mucho se las llamaba enfermedades raras y hoy lo que tienen de raro es el nombre”, siguió.
Sumado a lo anterior, sostuvo que esas enfermedades aparecen con mayor frecuencia que antes. “Las intolerancias gástricas, las celiaquías, el autismo, todo eso está estudiado y vinculado a la exposición de esta nueva manera de producir alimentos, generando nuevos ecosistemas y nuevos alimentos, que dejan de ser alimentos y pasan a ser comida envenenada”, dijo.
Con respecto a los agroquímicos, expresó: “Hace dos semanas hubo una conferencia de prensa donde cuatro ministros de la nación se consolidaron como equipo de ministros para decirle al país que van a intentar que haya una ley de uso de agroquímicos en todo el país que no pueda ser modificada por ningún tipo de ordenanza ni legislación provincial o local. Como diciendo que lo que se haga de acá en más depende del señor Etchevehere (Agroindustria), Barañao (Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva), Bergman (Ambiente y Desarrollo Sustentable) y Rubinstein (Salud). Sin ninguna razón, ninguna fundamentación científica. No hay una sola demostración que diga que lo que están proponiendo como práctica agrícola, incluso haciendo desaparecer las distancias de prevención que han planteado estas ordenanzas, no hay ningún estudio que pueda garantizar lo que están diciendo. Cuando dicen que está suficientemente estudiado, nosotros los invitamos a que demos un debate público, pero con documentación seria y científica no cooptada por la Industria”.
“Ha quedado demostrado que la información científica a la cual echaron mano las agencias de regulación del mundo para probar determinados venenos que estamos consumiendo diariamente sin saberlo, ha sido toda fraudulenta, toda”.
Asimismo, opinó que sería importante que se dé el debate en todas las facultades de agronomía del país sobre cómo fueron aprobados los límites de ingestas diarias aceptables de veneno o con límite máximo de residuales. “Esos números hoy supuestamente nos tranquilizan, porque estamos comiendo veneno pero por debajo de lo que está permitido”, señaló con ironía.
“¿Qué es eso de permitir cierta cantidad de veneno en un alimento? Con lo cual deja de ser alimento y pasa a ser comida envenenada. No hay ningún tipo de investigación científica que diga que en esa acumulación cotidiana de venenos esté garantizada la salud de nuestros hijos porque está por debajo de lo permitido. Esto es un invento de la Industria y las corporaciones mundiales que lo han logrado consolidar como algo que, cuando se le pregunta, dicen que está aceptado en todo el mundo”, argumentó.
Verseñassi contó que él ya había señalado que el glifosato había sido reclasificado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) como probable cancerígeno. En este sentido, se explayó: “Muchos de los que están intentando defender lo indefendible nos contestaban: «Probable cancerígeno no quiere decir que sea cancerígeno»”.
En base a lo anterior, añadió que hace unos días la Asociación Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) retiró un conocido medicamento para la hipertensión por poseer un probable cancerígeno. “El probable es una palabrita que se usa para no caer en la clasificación uno, que es cuando ya hay conteo de muertos en morgues. Es decir, cuando mueren humanos. El benceno, el formaldehido, son cancerígenos porque ya se demostró que matan humanos. Los que quedan en probables son con los que han hecho experimentaciones en laboratorios con mamíferos: ratas, ratones, hámster, conejos. En realidad, es un eufemismo con el que quieren ocultar las cosas”, aseguró.
Finalmente, el bioquímico dijo que esto es solo “la punta del iceberg”. “Lo que sabemos es muy poco todavía respecto de lo que nos queda por saber. Y nunca terminaremos de saber, porque el fraude siempre corre con ventaja. Esto pasa en los alimentos, en los medicamentos, en los plaguicidas, en toda la industria química del mundo. Han hecho infértiles a millones, han dañado haciendo disrupción hormonal a cientos de millones. Además, cuentan con la prensa cómplice que oculta estas cuestiones. Por ejemplo, la empresa Johnson & Johnson usó un gel anti SIDA intravaginal como prueba en poblaciones pobres y lo anunció en los periódicos. Y lo anunció en un periódico que tiene que ver con las finanzas del mundo: el Wall Street Journal, en marzo de 2003. Lo presentaron como que debutaba un gel anti SIDA en los países pobres con la bondad de Johnson & Johnson de entregarlo gratuito. Era una prueba, estaban haciendo pruebas de campo con población humana. No les salió bien porque nunca lo anunciaron como un gel comercialmente viable. Ahora, lo que tampoco anunciaron fue quiénes fueron los cobayos humanos que quedaron en el camino enfermos de SIDA”, concluyó.