Ser alguien o ser uno mismo
** “Tiene que estudiar m’hijo, así el día de mañana es alguien”, es una frase que solían repetir a sus hijos aquellas personas que trabajaban muy duro y a la intemperie y no querían que sus descendientes repitieran la historia. Se lo vincula con el sueño inmigrante del “M’hijo el dotor”. Pero la mayoría pretendía mucho menos que eso. Para algunos era apenas un mandato a aprender a leer y escribir.
Todavía hoy muchos padres, pero además capacitadores, couch y estimuladores de todo pelaje, invitan a este destino de “ser alguien”, heredado del fondo de los tiempos. Es una noble intención que por su síntesis puede ser mal entendida.
** Se es alguien desde que se nace y se aprende del entorno familiar, social y escolar, para ser más educado, relacionarse mejor y entender mejor al mundo y nuestra aldea. A lo que hay que mandar es a superarse cada día y a prepararse para un mundo muy competitivo, donde hay que ser más que el otro si se quiere ganar. Decimos esto a pesar de Don Leoncio que alguna vez nos subrayó otra relacionada con el “ser”, a la que prefirió darle un acento criollo: “‘Naide’ es más que ‘naide’”. Si esto se cumpliera, se quebraría la pirámide de las jerarquías y estaríamos en serios problemas.
** Lo que nos iguala es la muerte, es cierto, pero si un padre o una madre no fueran más que sus hijos; si un sargento no tiene más autoridad que sus soldados; si un obispo no tiene más autoridad que un sacerdote; si un maestro no es más que sus alumnos; el caos estaría acechando a nuestras puertas. Lo importante es que ‘naide’ sea más que ‘naide’ ante la ley, como tampoco lo es ante Dios. Autoridad no es sinónimo de ‘mandón’; la tiene el que mejor sabe formar a sus subalternos y guiarlos sabiamente en sus proyectos. Está demás aclararlo pero….
#Quierosertrendingtopic
** Lo que parece no estar claro en estos tiempos es qué significa ser alguien, ¿tener cinco mil amigos en Facebook?, ¿quedar como finalista en Gran Hermano?, ¿ser conocido como militante de algo aunque no entiendas muy bien el problema?… ¿Ser trending topic en Twitter? Mire que para ser “alguien” en Twitter basta con decir una animalada como la de #D’Elía este miércoles, que no llegó al tope pero trepó mucho en ese ranking que siempre es efímero, dura horas. D’Elía ya era ‘alguien’ (desde el punto de vista público) antes de proferir esa agresión y por eso repercutió en las redes.
** Alguien somos todos. Cuando estamos en apuros en medio del río y tiramos una bengala de emergencia, deseamos que “alguien” la vea y venga en nuestro auxilio. No estamos esperando que lo haga un personaje que se ha destacado en algo, sino a una persona solidaria.
En mi modesto entender, cuando a un o una adolescente, alguien que la ama le está diciendo que se preocupe por “ser alguien el día de mañana”, no está hablando de su futura imagen pública, de ser alguien de fama o guita, sino que sepa autovalerse en todos los aspectos de la vida.
Iguales pero con valores distintos
** En cuanto al #Nadie-es-más-que-nadie…una poeta española desafió: Si el abogado es más que el hachero, ¿por qué no toma el hacha?, y si el ingeniero es más que el zapatero por qué no arregla zapatos; si el arquitecto es más que el ladrillero por qué no prueba cortar y hornear ladrillos; si el técnico aeroespacial es más que el tambero, por qué no prueba ordeñar.
** Ahí se empareja más o menos la cosa en función de que el arquitecto no sabe hornear ladrillos y el ladrillero no sabe hacer cálculos de estructura. En este escenario nadie es más que nadie, pero cada uno debe saber ocupar su lugar y ser consciente de sus limitaciones. La convicción del nadie es más que nadie a veces conduce a faltarle el respeto al otro, y eso significa arrogarse cierta superioridad. Es el que teniendo treinta años de edad y viviendo aún a costa de sus padres, se considera en un mismo plano con Messi y le grita fracasado porque no rindió como siempre en la cancha.
Ser alguien y estar en cana
** Pero si “ser alguien” depende de la ambición personal y es una cuestión de llegar lejos en la vida de cualquier forma, las cárceles de Buenos Aires están repletas de políticos, empresarios y dirigentes que llegaron a lo máximo y son muy famosos. Hasta el poderoso, intimidante, intocable y facineroso General César Milani está preso (¿o ya nos olvidamos?), y ¡dígame si alguna vez no fue ‘alguien’ en nuestro país!
** La masa humana, que diluye el valor individual de las personas, está compuesta por mayoría de gente de perfil bajo, con una conducta intachable, padres y madres de chicos que respetan a sus maestros (¡que no es poco!), que no desprecian a los que piensan diferente, que respetan los derechos de terceros… ¿todos éstos serán don nadie o doña nadie, o habrán alcanzado la meta sanmartiniana del “serás lo que debes ser…”? ¿Ser un buen padre o madre, amante de sus hijos, fiel a su familia y respetuoso de sus vecinos, no es acaso “ser alguien”?
** Estas dos palabras, “ser alguien”, seguramente tienen una connotación diferente a la que se le atribuye. Los que las hemos escuchado en boca de nuestros padres entendimos que se trataba de convertirnos en personas útiles, “que sirvan para algo”, decían los viejos menos pretenciosos, lastimando a sus hijos, porque equivale a decirles que por ahora no valen nada. Mejor decirles “Sos una gran personita, perfecciona eso, no lo eches a perder convirtiéndote en un vago”.
Ser bien pulenta
** “Quiero que seas alguien en la vida”, era y es una frase bastante común y muy bien intencionada en los padres. Equivalía a decir que cuando tuvieras que arreglártelas por las tuyas, salir en busca de trabajo, supieras decir en qué te capacitaste o qué es lo que mejor sabes hacer. Es cierto que con frecuencia olvidaron decir “quiero que seas feliz en tu vida”, y en esto podemos percatarnos de cómo el mundo y la sociedad en cierta manera miden el “ser” de acuerdo a sus posesiones materiales.
** Ser alguien en la vida es ser capaz de resistir a las dificultades, ver cosas valiosas donde realmente se encuentran, sentirse motivado y agradecido por lo mucho o poco que se tiene, tratar a los demás como se desea ser tratado, no prejuzgar (mal de nuestro tiempo), ser el pilar de muchos actuando sin egoísmo cuando nos necesitan, y dar siempre lo mejor de nosotros y no lo que nos sobre.
Ser agradecidos con la vida no significa ser conformistas o mediocres; significa saber quiénes somos.
** Ayer, hablando ocasionalmente con un desconocido me preguntó ¿quién sos? Vacilé un poco y le respondí: Eso ¿no?, eso, ¿quién soy?