El lenguaje simbólico de la Bandera de Victoria
Victoria.- Invitados por la Coordinación de la Juventud Municipal, la profesora de arte Melina Albornoz y el diseñador Walter Auer (Imprenta Los Gráficos- Semanario Paralelo 32) brindaron detalles de su experiencia creativa de la bandera de Victoria ante un auditorio de jóvenes estudiantes que estuvieron llevando adelante sus propios bocetos a partir de elementos reciclados.
Fue en un concurso durante el año 2008 propiciado por el área de Cultura Municipal, donde nuestros amigos decidieron poner de manifiesto su talento, la impronta creativa los llevaría a dejar su sello en un emblema que por estas horas recorre el mundo, de la mano de Marcos Pereyra, quien le entregó una bandera de Victoria al Embajador Argentino en Estados Unidos, Fernando Oris de Roa.
También lo han hecho otros artistas en oportunidad de llevar su propuesta literaria al Viejo Mundo, tal es el caso de Lucía Giaquinto y Susana Garbelino. Seguramente habrá otros exponentes de nuestro terruño que lleven esta enseña como un objeto más de pertenencia, hecho que cobra un singular valor a casi diez años de aquel primer boceto creativo.
Lo que expresa
El color verde es el color de la naturaleza por excelencia; representa armonía, crecimiento, exuberancia, fertilidad y frescura. Tiene una fuerte relación a nivel emocional con la seguridad. Sugiere estabilidad y resistencia, simboliza el crecimiento y la esperanza.
El color amarillo evoca la luz del sol, sinónimo de honor, lealtad, inteligencia, determinación; trasmite alegría, felicidad y energía. Representa el entusiasmo, la atracción, la creatividad, el éxito, el ánimo y el estímulo. Produce sensación de prestigio, de sabiduría, claridad de ideas y riqueza.
La Cruz, como símbolo central, mantiene estrecha relación con lo religioso, debido a que la fecha fundacional de Victoria se remite a la primera misa realizada en el Oratorio de La Matanza y por ser un ícono en el cerro de dicho nombre, donde vivieron los últimos habitantes de los pueblos originarios.
El Ombú, con su frondosa raíz marca el fuerte arraigo a nuestras costumbres y a nuestra identidad. Su exuberante follaje invita a cobijarse en su sombra para descansar y disfrutar, características propias de nuestra ciudad.
La Curva central hace referencia a la topografía propia de esta zona, donde colinas y lomadas brindan a Victoria un paisaje único y pintoresco.
El Sol naciente, con su calidez impulsa al crecimiento y desarrollo de los habitantes de esta localidad.
Los ángulos en las esquinas señalando hacia afuera, hacen alusión a los puntos cardinales, los que indican la evolución y expansión que ha logrado Victoria.