¿Cuánto pesa una ley?
** Dice la Afip, en la intimación a una persona de mi cercanía, que si no paga los 2.876 pesos que omitió aportar en enero y faltó en la tracalada de plata que ya pagó por aportes sociales, le caerá con todo el rigor de la ley creada para escarmiento de los chicos malos como él, pequeños empleadores que en algún momento se equivocan en un cálculo, se olvidan o no tienen fondos para transferir, perjudicando las sagradas arcas del dios Estado.
** Se recomienda a quienes reciben este tipo de intimaciones, tomarse la presión sanguínea para preservar su salud, no sea cosa que los chupasangres se la dejen muy baja por vaciamiento, o muy alta por calentura e impotencia.
En ella les dirán, como a mi cercano, que en el caso de haber efectuado las presentaciones y/o pagos que se le reclaman, deberá desestimar esta intimación. Léase: Nos pareció que eso faltaba pagar pero no quisimos calentarnos en buscarlo y lo intimamos para que revise usted, que está al dope.
** En cambio si ha pagado pero ese movimiento no se visualiza en el sistema, arrégleselas para conseguir un comprobante y “concurra a la dependencia donde se encuentra inscripto, para su exhibición”, como si usted fuera el que se rasca gran parte del día batiendo café y hablando de fútbol.
Según el lomo que la aguante
** Justo cuando el receptor de la intimación está pensando “¡por qué no te vas a capar monos y lo buscas vos, porque yo a eso lo garpé!”… llega al párrafo siguiente de la intimación, donde “se le hace saber igualmente que si no se diera cumplimiento a la presente intimación, se procederá a la aplicación de la normativa prevista en la Ley Nro. 11.683 (t.o. en 1998 y sus modificaciones)”. En definitiva, te caeremos con todo el peso de la Ley.
** Ahí usted se agranda de puro caliente nomás y levanta su voz: ‘Después de todo ¿cuánto pesa esa ley cuyo peso me echarán encima?’
Y… calcúlele unos cien kilos; fácilmente soportables para un contribuyente tipo elefante, que lo levanta con la trompa y lo revolea entre los matorrales, pero complicado para un contribuyente tipo mequetrefe que apenas puede levantar las bolsas de súper.
** Toda ley es justa en tanto tiene el mismo peso para todos, el asunto es que no todos los contribuyentes tienen el mismo lomo. Es según el número de musculosa que calza cada uno.
Un elefante llamado Cristóbal
** Momentito que aún no hemos terminado con la intimación.
¡Ah, disculpe! Siga, siga…
“Por último se le comunica que la falta de cumplimiento a lo dispuesto precedentemente”, nos obligará a hacer con usted lo mismo que con Cristóbal López, que a la primera de cambio cuando no gatilló lo que tenía que gatillar, lo intimamos sin piedad.
–¿Ah si?
_¡Ah no! ¡sabés cómo! Le caímos con todo el peso de la ley.
** –¿¡Pero si se quedó durante diez años con la guita del Estado!?
_Ese es otro Cuit, señor; a nosotros nos cumplió y no sabés cómo! Sabe que con nosotros no se jode.
–¿¡Cómo que otro Cuit!?
_El señor Cristóbal López es monotributista y ese es su Cuit personal. Los incumplimientos fueron de una de sus empresas; es otra cosa; otro Cuit.
–No lo entiendo, su empresa Oil dejó de pagar 8.000 mil millones de pesos, que actualizados y con punitorios hoy son 17.000 millones y resulta que con ustedes no se jode.
_No me joooda, hay detalles que se nos pueden escapar, ¡somos humanos che! ¿o no somos humanos?
** Asegura mi amigo –el intimado e intimidado– que algo así pudo leer en la notificación recibida, quizás su bronca haya provocado en él algún tipo de alucinación, viendo en el texto cosas que no decía y llegando al punto de dialogar con el sujeto que la firmó. Igual, me pareció verosímil.
¿Cuánto pesa una carátula?
** Una vez más, ¿cuánto pesa una ley?, cualquier ley. Y ¿por dónde más o menos se ubican las últimas consecuencias? Cada vez que un delito impacta en la sociedad se oye decir: “investigaremos hasta las últimas consecuencias y a quien sea hallado culpable le caeremos con todo el peso de la ley”. Hay casos que se archivan tras 20 años en proceso. ¿qué tan lejos viven las consecuencias?, ¿no sería mejor dejar de correr tras ellas y dictar sentencia?
** Una ley no pesa más que el papel que la contiene escrita. El fiscal decide si la carátula de Cristobal será Defraudación al Estado o Evasión al Fisco. Por la primera va en cana por la segunda no (¡mirá qué detalle!). Luego el juez de sentencia regula el peso de la condena y el juez de garantías se dedicará a reducirlo. Nuestros jueces federales hacen popó y dejan la puerta abierta, y lo hacen a plena luz del día.
** La complejidad los ayuda. Miles de leyes tenemos en este siglo por causa del encarajinamiento del mundo, la sociedad y los actos de los ciudadanos. A Moisés le bastaron diez leyes grabadas sobre una tabla de piedra; se las había dictado Dios desde la altura. Técnicamente fue la primera persona con una tablet descargando info de la nube. Habrá que reconocérselo alguna vez.
Una semana clave para la vida
** Cuentan que la expresión «tener fe de carbonero” —una fe ciega, sin asidero en los hechos— viene de una anécdota célebre en la España del siglo XV, que involucraba a un trabajador del carbón.
Se le presenta el diablo para tentarlo y se planteó este breve diálogo.
–¿Tú en qué crees? —le preguntó Mandinga al carbonero.
_En lo que cree la Santa Iglesia –respondió.
–¿Y qué cree la Iglesia?
_Lo que yo creo.
–Pero ¿qué crees tú?
_Lo que cree la Iglesia…
** Satanás se retiró derrotado, porque necesitaba argumentos para rebatirlos. Es admirable la fe del carbonero, que no entendía nada pero creía. Sin embargo en nuestros días casi todos hemos recibido educación y podemos comprender, preguntar, razonar, estudiar… Estamos transitando una semana cuyo significado no admite la fe del carbonero.
** Desde que Moisés recibió órdenes e instrucciones de Dios mismo, que las escribió y además puso en letras la trasmisión oral sobre Abraham, Isaac y Jacob, los profetas del pueblo hebreo explicaron muy bien que vendría el Enviado para facilitarle las cosas a una humanidad que desobedecía constantemente la voluntad de Dios y vivía tratado de expiar sus pecados mediante el sacrificio de corderos.
** Vino finalmente el Cordero de Dios y todo se cumplió tal cual lo profetizó Isaías, nos liberó del pecado, de la ley, y nos enseñó a vivir de la Gracia. El hecho es que si no nos tomamos en serio esto, no sabremos por qué creer que la Biblia es la palabra de Dios ni sabremos quién fue Jesucristo. Quizás a muchos nos parece una especie de amuleto de la suerte, que puede concedernos algún favor o una gracia pero no sabemos cómo ni por qué.
** Ojalá esta semana Dios bendiga a todos los que tienen esta curiosidad, permitiéndoles encontrar el modo de escuchar la explicación completa, desde el comienzo de la historia.