A una jubilada le usurparon la casa
Aranguren- Graciela Susana Binda (73) vivió 24 años en Aranguren pero estaba en Buenos Aires cuando se enteró a través de un vecino que una familia de la zona había intrusado su casa. El martes 1º de noviembre radicó una denuncia formal en Comisaría Aranguren tras enterarse de la situación.
El comisario Ricardo Berón confirmó la noticia a Paralelo 32 y dijo que “La denunciante hace aproximadamente 24 años que estaba en Aranguren, aunque es de Buenos Aires. Ella presentó parte de la documentación de la propiedad y manifiesta ser la legítima propietaria de una vivienda ubicada en calle 25 de Junio 135. Fue avisada de lo que estaba sucediendo por un vecino que estaba a cargo de su cuidado mientras ella estaba en Buenos Aires. Ella vivió en Aranguren mucho tiempo con su pareja, que falleció hace algunos meses, y la casa desde entonces quedó deshabitada. La situación fue aprovechada por una familia que ingresó a la vivienda y están allí desde el lunes 31 de octubre a la madrugada. La denuncia la damnificada la radicó el martes 1º de noviembre”, aclaró.
El jefe de comisaría aclaró a este semanario que “La parte acusada es una familia de la zona. Vivían muy cerca de la vivienda, siendo prácticamente vecinos. Ahora el expediente lo tiene la fiscalía y se está en etapa de investigación para analizar los pasos a seguir. Los acusados son una pareja –los dos mayores de edad- que tienen tres hijos menores, chiquitos, de menos de 5 años en todos los casos. Ellos alquilaban una vivienda pero ahora plantean que no tenían adonde ir, ya que el alquiler se les venció y no podían seguir pagando. El hombre trabaja, no está desocupado, pero aducen que no tenían forma de abonar el pago del alquiler”.
El jefe de comisaría especificó que “La parte policial, formal, ya fue elevada a fiscalía de Nogoyá, que interviene y plantea ahora los pasos a seguir. En nuestro caso lo que hicimos fueron las primeras diligencias formales. Ahora intervienen ellos y definen cómo seguir. Hoy la familia acusada está en la casa y la denunciante, mientras tanto, está parando en un hotel”, aclaró Berón.
Por último, indicó que “Al hablar con la gente que ocupa la vivienda e intentar convencerlos le dijimos que fueran a Acción Social de la Municipalidad para buscar soluciones. Nosotros, además de recibir la denuncia, pusimos en conocimiento de la situación al Área NAF, que tendrá que definir ahora la forma de encontrar una solución que satisfaga a las partes, o al menos intentarlo”.
La versión de la damnificada
Graciela Binda estuvo en la fiscalía el miércoles 2 de noviembre y brindó su versión de los hechos. “Me dijeron que tengo que quedarme en un hotel hasta que la situación se resuelva. Actualmente estoy en General Ramírez. Mientras tanto, espero soluciones, porque habrá audiencias para tratar de llegar a un acuerdo”, dijo a Paralelo 32.
Al describir su situación personal, dijo que “Viví 24 años en Aranguren. Tenía un trámite formal de sucesión que resolver, por lo que en el último tiempo iba y volvía permanentemente a Buenos Aires. Pero venía una vez por mes por lo menos, porque tenía mi pareja en Aranguren, que falleció el 24 de marzo de este año. Afortunadamente hace un tiempo me llevé todos los papeles y la documentación respaldatoria de la titularidad de la casa a Buenos Aires, por lo que es material probatorio en esta causa. Estaba al nombre de Ricardo Hugo Díaz, mi pareja, con quien estábamos en concubinato desde hace muchísimos años, hasta su fallecimiento”, recordó.
Binda contó cómo se enteró de lo que estaba sucediendo. “Un vecino me ayudaba en la manutención de la casa. Cortaba el pasto, alimentaba a los perros -que ahora lamentablemente están en la calle- y fue él quien me avisó. Intrusaron la casa el lunes a la madrugada rompiendo un candado y la puerta del frente a patadas para entrar. Al enterarme, me vine inmediatamente. Fui directamente el martes a la comisaría a radicar la denuncia, previo pasar por mi casa para constatar lo que me habían dicho. Cuando llegué, ya habían puesto otro candado y me dijeron que no iban a salir. Radiqué la denuncia en Comisaría Aranguren y el miércoles 2 de noviembre la pasaron a la Fiscalía de Nogoyá, que es ahora la que va definiendo cómo continuar”.
La damnificada ya está asesorada legalmente. “Mi abogado es el Dr. Walter Yauck, de General Ramírez. Le expliqué que la gente que se metió era del barrio, de hecho vivían en diagonal a mi casa. De acuerdo a su versión, o al menos lo que me dijeron para justificarse, les habían dicho que esa casa no tenía dueño. Pero tampoco salieron a dar la cara cuando me presenté”, dijo.
Sobre los pasos a seguir, comentó a nuestro cronista que “En fiscalía me dijeron que debo esperar hasta la semana que viene, para ver con el juez qué resolvemos. Se hará una mediación que ojalá sea el principio de la solución”.
Binda remarcó que “Ellos aducen que desde la Municipalidad les habían prometido una casa y que no cumplieron, pero en Acción Social dijeron que no pueden hacer nada. La única persona de la Municipalidad que me escuchó es el secretario José Zapata. Él dijo que haría todo lo posible para colaborar, pero sé que no es una situación sencilla”.
A pesar de vivir a pocos metros, la damnificada reconoció que no conocía a la familia que instrusó su casa. “Sé que el hombre tiene trabajo y cumple funciones en un frigorífico de Ramírez. En mi caso, soy jubilada, cobro la jubilación mínima, no tengo dinero siquiera para estar pagando un hotel, como sucede ahora. Me están ayudando amigos y conocidos. Mis familiares están todos en Buenos Ares, acá estoy sola. Mi idea era volver y radicarme en diciembre en Aranguren, ya de manera definitiva, porque quiero estar tranquila, más aún a mi edad. Estaba haciendo los trámites de sucesión y al culminarlos volvería. Ese era el plan. Todo estaba en orden, pero lamentablemente ahora todo se complicó”.
Indicó que “Con mi pareja estábamos en concubinato, incluso algunos impuestos ya venían a mi nombre. No teníamos hijos, pero fuimos pareja durante 24 años. Lo importante fue asesorarme con un buen abogado, eso me genera cierta tranquilidad, aunque debo reconocer que me aterra la idea de perder mi casa. No sería justo. Estoy desamparada. El daño es material y moral, y es grande. Estoy muy dolida”, dijo.